Los días están siendo un poco más fríos y eso se agradece,
dan más ganas de hacer cucharita, aunque los pies de Moira siempre están
helados y termina poniéndolos sobre mí, me gusta esta vida que tenemos, me
gusta despertar a su lado, desayunar juntas y disfrutar de nuestra vida sexual
solas o acompañadas. Hoy viene a cenar Mía con su novio, estoy ansiosa, tengo
ganas de conocerlo, según ella él es una persona muy convencional, que nunca
entendería nuestro secreto, Moira dice que todos los hombres sueñan con estar
con dos mujeres a la vez y yo no tengo opinión al respecto y la verdad es que
me importa muy poco, pero ellas terminaron haciendo una apuesta. Moira está
completamente segura que él va a caer ante los juegos pecaminosos a los que
jugamos encantadas, en cambio Mía dice que él saldría corriendo para nunca más
volver, y yo me quedo pensando, Mía puede perder todo lo que hasta ahora
consiguió solo por una apuesta y en ese momento me doy cuenta que una vez que
la pasión y el deseo se liberan ya no hay marcha atrás uno siempre termina
queriendo más sin importar las consecuencias…
Cuando Moira conoció a Mía se llevaron muy bien enseguida,
aunque la verdad es que Moira le cae bien a todos, aunque sea una femme Fatale
es muy buena persona, muy dulce y cariñosa y eso gusta, no conozco a ninguna
mujer que odie a mi bella amiga, Mía es dulce e inexperta y eso a mí demonio
pelirrojo le fascina. La primera vez que se conocieron fue el mismo día que
estuve con Mía en las duchas del gimnasio, recuerdo que al salir del gym los
muchachos musculosos nos miraron bajar por las escaleras con una notable
erección y mi cabeza sin querer se imaginó que en las duchas había cámaras y
que todo el lugar había visto como la hice mía, ese pensamiento me hizo sonreír
y Mía pareció no darse cuenta de nada.
Al llegar a casa Moira estaba con su bata de baño, su
cabello pelirrojo tapado con una toalla más pequeña y una copa de su vino
favorito en la mano, cuando nos vio entrar me dijo
-
Parece que en el gym te fue muy bien- y me guiño
un ojo, se acercó a nosotras y le dio un abrazo a mi nueva amiga- Un placer
conocerte, me llamo Moira- le dijo. Mía se quedó helada, ese arrebato con
propio de mi amiga la había descolocado
-
Ella es Mía- Le dije y Moira comenzó a reírse de
forma instantánea
-
Ya lo veremos- me respondió divertida y entonces
comencé a reírme yo también
Moira se había ido a vestir y nosotras nos sentamos a beber
vino mientras llegaba la comida que habíamos encargado, carne al horno con
papas, poco a poco empecé a conocer a esta bella mujer, era dermatóloga, vivía
con Marco su novio y Romeo su perro, tenían planes de casarse pero aún no
habían puesto fecha, era feliz con su vida pero tenía miedo de no haber
disfrutado de su sexualidad, me conto que siempre había querido estar con una mujer
pero que no se había animado, yo le gustaba pero nunca imagino que podía pasar
algo entre nosotras. Moira, se acercó a nosotras, nos había estado escuchando
desde el vestidor
-
Mi amiga aprende rápido y bien, estas superando
al maestro- Me dijo y me beso en la boca, con un beso pasional como ella sabe
darlos. Mía bebió un sorbo largo de vino y bajo la cabeza- ¿Porque no vienen a
cenar tu novio y vos este fin de semana? Te prometo que nos vamos a portar muy
bien- Le dijo
-
¿Cómo?- pregunto Mía turbada
-
Moira, creo que mejor esperamos un poco no? Que
primero nos conozca bien a nosotras y luego vemos- Le dije
-
¿Para qué alargar lo inevitable? Mejor que nos
conozcan a la vez- Me dijo con un brillo indescifrable en la mirada
-
Muy bien- respondió Mía para mi sorpresa, pero
que sea la próxima semana.
-
Como digas- Acepto Moira aplaudiendo como una
niña.
Ese día luego de comer y de beber Mía se fue, todo esto era
nuevo para ella, aún se la notaba tímida y se ponía colorada cada vez que Moira
se le acercaba o me besaba, yo la entendía también para mí fue nuevo una vez,
aunque esos tiempos me parecían muy lejanos.
Estos días antes del encuentro con el Marco, Mía y yo nos
seguíamos viendo a escondidas de él y cuando no nos veíamos nos enviábamos
fotos muy calientes, Moira se reía y a la vez lo disfrutaba, había noches que
mirábamos esas fotos y terminábamos teniendo un sexo rico y salvaje, quería que
llegue el día en que podamos compartirla, tenerla en la cama y hacerla
disfrutar al máximo, quizás hasta deja al novio para unirse al “clan” y estallo
en una melodiosa carcajada.
Cuando llego el día Moira abrió una botella de vino y yo
prepare la mesa para cenar, había hecho peceto con salsa de champagne y estaba delicioso. Ellos llegaron puntual,
Mía estaba muy sugerente llevaba un vestido rojo ajustado y zapatos haciendo
juego, él llevaba ropa más informal pero que le quedaba estupendamente, Marco
parecía un modelo, tenía el cabello corto un cuerpo marcado por el gym y unos
bellos ojos grises, ambos parecían haber salido de la alfombra roja, mi demonio
pelirrojo se acercó a ellos los abrazo dándole la bienvenida y vi como Marco se quedaba sin aliento ante
la exuberancia de mi bella pelirroja quien parecía una secretaria sexy con su
falda tubo negra, su camisa blanca y sus tacones negros, por un momento me
pregunte qué bien había hecho en la vida para merecer tenerlos en mi vida.
Me acerque a Marcos le extendí mi mano y lo salude muy
formalmente, cuando llegue a Mía la abrace y le susurre al oído las ganas que
tenía poseerla ahí mismo y ella se puso colorada
-
Qué bueno conocerte al fin Marco- Le dije con
una sonrisa- Mía me hablo mucho de vos… Tomen asiento, la cena estará pronto.
Moira sirvió las copas mientras yo sacaba la carne del
horno.
-
¿Te ayudo?- Me dijo Mía
-
¿Estas segura que queres hacer esto?- Le
pregunte sin preámbulos, ella pareció no entender a qué me refería, entonces me
acerque a ella, la abrace y la bese con dulzura- Este juego Mía, parece buen
chico y podes perderlo todo
-
Estoy muy confundida ¿Sabes? Yo lo quiero y me
quiero casarme con él, pero a la vez la paso bien con vos, me gusta cuando
estamos juntas, cuando estoy en casa con él las imagino a uds y el deseo en mi
crece, cuando él me hace el amor yo imagino sus lenguas recorriéndome entera,
no sé lo que quiero, pero en este momento necesito esto.
-
Es tu decisión- Le dije y nuevamente la bese,
mis manos comenzaron a acariciar su espalda con las yemas de los dedos- Estas
hermosa con ese vestido- su respiración se iba acelerando y yo lo disfrutaba,
lamí su cuello mientras mis manos bajaron hasta sus muslos, levante su vestido
y recorrí su sexo con la palma de mi mano, se le erizo la piel- Te deseo- le
dije besándola suavemente.
Moira hablaba con Marco y se
escuchaban las risas de ambos, mi amiga era una muy buena anfitriona y como
ella sabía lo que podría estar pasando en la cocina entretenía al novio. Mía me
freno y me dijo que lo dejemos para luego que no podía concentrarse con Marco
en el living, lo supuse, así que ambas llevamos la cena a la mesa y nos pusimos
a hablar de trivialidades, Marco era muy amable y simpático se lo notaba muy
enamorado de Mía, hacían una muy buena pareja, era lindo verlos juntos aunque a
ella la notaba muy nerviosa, no pude descifrar el motivo, pero me imagine que
era por la situación que estaba viviendo.
La cena estuvo muy animaba la
habíamos pasado muy bien, Moira me ayudo a levantar la mesa y a meter todo en
el lavavajillas mientras yo servía el helado
-
Yo creo que voy a ganar esta apuesta- Me dijo
Moira convencidísima
-
¿Por qué estás tan segura? ¿Que estas
planeando?- Le pregunte mientras la abrazaba por detrás, ella se dio la vuelta
para quedar frente a mí y me beso apasionadamente
-
Me tenes un poco abandonada esta noche- me dijo
haciéndose la niña inocente
-
Jamás te abandonaría a vos- Le dije y volví a
besar sus labios, sensuales, carnosos y extremadamente deliciosos, las ganas
acumuladas con Mía y los besos de mi demonio pelirrojo estaban haciendo brecha
en mí, estaba excitada, sentía la humedad apoderándose de mi cuerpo pero
sobretodo de mi sexo, Moira sabia detectar esos momentos entonces me desabrocho
el pantalón y metió sus dedos entre mi tanga y comenzó a presionar mi clítoris
con suavidad, mis jadeos comenzaron a salir de mis labios mientras ella besaba
mi cuello y bajaba hasta mi escote, sus dedos seguían jugando dentro mío y yo,
presa del deseo comencé a desabrochar el vestido de Moira hasta que escuchamos
a alguien en la puerta de la cocina, ambas miramos a esa dirección entonces
vimos a Marco con los ojos muy abiertos observándonos, Moira aprovecho su
mirada y sin dejar de observar sus ojos siguió besándome, sus dedos no se
habían detenido seguían invadiéndome deliberadamente y sin darme cuenta la
mirada de Marco me estaba encendiendo aún más, cuando al fin pudo moverse Marco
salió de la cocina entonces Moira haciendo un bufido se apartó de mí y lo
siguió yo hice lo mismo más excitada que nunca
-
Nos vamos- Dijo Marco cogiendo sus cosas
-
¿Qué paso?- Pregunto Mía atónita
-
¿Vos sabias esto?- Le dijo a Mía gritándole-
-
No sé de qué estás hablando amor, ¿Qué paso?-
Respondió ella mirándonos a nosotras y luego a su novio
-
Que nos vio a Moira y a mi besándonos en la
cocina- y sus ojos se clavaron en los míos no pude descifrar si estaba molesta
por que él no vio o porque Moira y yo estábamos besándonos
-
Entonces lo sabias, ¿para esto me trajiste? ¿Qué
pretendías? ¿qué nos acostemos los 4 juntos a ver qué pasa? Te dije mil veces que esto no me va, que me
alcanza con vos que te necesito a vos… Mía se puso a llorar, entonces me puse
delante de ella para defenderla de los ataques de su novio
-
Estas exagerando Marco- Le dije para intentar
calmarlo- Ella no sabía que Moira y yo somos pareja- Moira me miro sin dar
crédito a lo que decía
-
No es para tanto Marco- le dijo Moira
acercándose él la freno haciéndole un gesto de alto con la mano- Nos gusta
disfrutar del sexo, somos dos mujeres libres y con ganas de disfrutar nuestra
sexualidad, ¿por qué sos tan cerrado? Si probaras te aseguro que no te vas a
arrepentir, entrégate te va a gustar.
-
Están completamente enfermas, Mía ¿esto es lo
que queres? Vivir así, siendo una promiscua- Mía lloraba y yo trataba de
consolarla- No lo puedo creer, y yo te quería como pareja, no te reconozco.
-
Para un poquito- Le dije exaltada- Déjala al
margen de todo esto, ella no sabía nada de nuestra vida sexual, y no voy a
discutir eso con vos ni con nadie, nuestra vida sexual es nuestra y punto. Así
que si nos vas a hablar de esta manera te voy a pedir que te vayas de nuestra
casa.
Mía se acercó a Marco y lo beso
-
Vos sos lo más importante que tengo en la vida-
Le dijo y eso me molesto un poco- Lo que quiero es una vida a tu lado.
-
Entonces vámonos de esta casa, por favor-
Mía me miro con tristeza en los ojos mientras agarraban sus
cosas y se iban. Yo me quede ahí de pie, sin entender que había pasado. Moira
me sirvió una copa de vino y me dijo
-
Lamento mucho que haya gente tan cerrada, con lo
lindo que es coger y disfrutar de eso - Su comentario me hizo sonreír- ¿en qué
estábamos antes de que nos interrumpan? Me dijo mientras desabrochaba su vestido
y me enseñaba su bella desnudez.
Continuara