lunes, 17 de febrero de 2014

Secretos.




-          No abras- Grito Moira mientras salía corriendo del baño envuelta en su toalla de baño color blanco impoluto, Me frene de golpe y la miré sin entender a qué venia tanto lio por querer abrir la puerta cuando habían tocado el timbre

-          ¿Qué te pasa?- le pregunte sin entender
-          Es que no quiero ver a la persona que llamo­- y la note dubitativa

-          ¿Ahora además sos adivina? Le pregunte mientras la besaba dulcemente en esa boca perfecta
-          Ok, abrí, pero te advierto que no te va a gustar lo que te vas a encontrar- La verdad es que ese comentario me dio risa pero también inquietud, ¿a quién me encontraré al abrir la puerta? Camine lentamente hacia la puerta mientras el corazón me latía con fuerza, ¡Maldita la forma que tiene de intrigarme! respiré tres veces y abrí sin más, lo que vi de pie en la puerta no era para nada feo, al contrario, era un chico atractivo, con cabellos rojos y muchas pecas en el rostro, se lo veía joven y muy prolijo, tenía los ojos brillantes y vivaces y un toque de picardía cuando me miro directo a los ojos durante unos segundos en los cuales contuve el aliento, curiosamente lo mismo me pasaba cuando Moira me miraba de esa manera y no entendí porque me suceda eso con un completo extraño, hasta que miro sobre mi cabeza y dijo
-          Hermanita, ¿Qué maneras es esta de recibirme?- dijo señalado a Moira que estaba envuelva en la toalla, ¿Qué? ¿Hermanita? Mi cabeza se habían llenado de repente de preguntas, me gire de golpe y fulmine con la mirada a mi amiga, ella agacho la cabeza y dijo
-          ¿Para qué viniste?
-          Si no me atendes el teléfono yo me preocupo y vengo a ver si estás bien
-          Lo estoy- respondió cortante mi amiga- ¿Te pensas quedar mucho tiempo?- Dijo mirando la valija que tenía delante
-          No, unos días nada más- Dijo él mientras se giro para mirarme a mí que aún seguía de pie con la puerta y la boca abierta- Soy Pablo, el hermano de Moira- dijo dándome la mano- vos sos…
-          Sí, es ella- respondió Moira, así que él sabía de mí y yo nada de él, bueno, en realidad no sabía nada de la vida de mi amante, me sentía enojada y muy confusa- ¿Mamá sabe que estas acá?- Pregunto y sus ojos se alarmaron
-          No- dijo - Tu nombre no se pronuncia en casa, lo sabes- concluyo. Moira suspiro y dijo
-          Me voy a vestir- dijo
-          Yo voy abrir una botella de vino- le dije- necesito una copa ahora mismo.
-          No, primero ayúdame- dijo agarrándome de la mano y llevándome al vestidor- Pablo, anda acomodándote.
-          Moira, no entiendo nada, ¿por qué nunca me dijiste que tenías un hermano?
-          Nunca salió el tema.
-          ¿Cómo qué no? ¿me estas cargando?
-          Ahora no, por favor, ya te contaré todo, mientras tanto prométeme una cosa
-          ¿Qué queres?- le dije un poco irritada
-          Que no te vas a acostar con él- me quedé atónita, mirándola sin saber que decir- promételo- Me dijo cogiendo mi cara con sus manos y besándome
-          Ok, te lo prometo- le respondí un poco a regañadientes- pero vos me vas a tener que contar varias cosas- le dije y salí del vestidor para abrir el vino
-          Espero que no te moleste que haya venido de sorpresa, se nota que mi hermana no te hablo de mí, bah sus razones tendrá- Me dijo mientras se ponía de pie y venía detrás de mí- ¿Te ayudo en algo?- pregunto demasiado cerca de mí, ¡mierda! Pensé, su perfume me llego como una ráfaga fresca y mi piel se erizo por completo, me iba a costar mucho cumplir la promesa recién echa
-          No, gracias. ¿Te sirvo una copa?- le pregunte apartándome todo lo que pude de él
-          Sí, gracias. Mi hermana me hablo mucho de vos, te quiere, aunque no lo vaya a reconocer nunca, ella es así, se hace la misteriosa pero no hay mujer más transparente que ella- uuff si supiera lo difícil que es para mí poder leerla, de transparente nada. Serví las copas y le di una mientras Moira se terminaba de vestir me dedique a observar a ese hombre tan jovial que tenia delante de mí, parecía unos años menor que su hermana, sus labios no eran finos pero tampoco gruesos, tenia boca de mujer y ojos intrigantes, cuando sonreía se le hacían dos hoyuelos en sus mejillas que le daban un aire de adolecente inexperto y eso me dejaba sin aliento, Mi amiga corto mis pensamientos mientras se reunía con nosotros se había puesto un vestido de mangas 3-4 gris y un poco suelto, no llevaba corpiño, notaba sus pezones un poco erguidos, su cabello mojado y cayendo sobre su espalda, caminaba nerviosa se podía notar que se sentía incomoda con la presencia de Pablo en nuestra casa.
Un silencio incomodo reino en la cocina, los tres bebíamos nuestras copas sin atrever a mirarnos, Moira estaba a mi lado, Pablo enfrente mío, mi corazón latía a mil por horas y por un momento creí que Pablo podía oírlo por que comenzó a reírse
-          ¡Por dios!- exclamo exageradamente- Soy tu hermano no un desconocido, ¿tanto te molesta mi presencia?- Moira levanto la mirada y lo miro, tenía lágrimas en sus ojos
-           No pensé que algún día te iba a volver a ver- le dijo mientras iba hacia donde estaba él y lo abrazaba, parecía que este iba a ser el día en el que iba a descubrir muchísimas cosas sobre la mujer que dormía todas las noches a mi lado sobretodo que ella también sabia llorar. 
-          Creo que esta noche me voy a mi departamento- les dije
-          Por mí no hace falta- dijo Pablo
-          Es lo mejor, ustedes tendrán mucho de qué hablar y yo en este momento necesito pensar- les dije dirigiéndome hacia mi bolso, Moira vino hacia mí y me beso con una dulzura infinita, su lengua acariciaba mis labios de una forma muy delicada, mis brazos rodaron su cintura y por un momento me olvide de que Pablo estaba ahí, quera poseer a Moira con una urgencia inexplicable sentía como fue la última vez que iba a poder hacerla mía y entonces una angustia me invadió el alma, Pablo carraspeó como haciéndose saber que estaba ahí, pero a Moira no le importo y me abrazo aún más fuerte
-          Prometo contarte todo- Me dijo susurrándome al oído.
-          Eso espero- le dije soltándola- Un placer haberte conocido- le dije a Pablo solo por decir algo- Mañana vengo y comemos todos juntos.
Al salir de la casa sentí mucho miedo, miedo de que ya nada sea lo mismo, miedo a no saber que me espera mañana y miedo por dormir sola esta noche, sin ella, sin su calor.
Las calles estaban prácticamente desiertas, hacía mucho frio y ya era de noche, camine sin rumbo fijo por un largo tiempo, las preguntas se amontonaban en mi cabeza y ninguna tenia respuesta, al menos no por ahora. Moira tenía un hermano muy atractivo al cual me hizo prometer que no me lo iba a coger, su madre parece que está enojada con ella, ¿por qué? ¿Qué hizo Moira para que su propia madre no quiera saber de ella? Y Pablo ¿qué hacia acá, para que vino? ¿Qué le había dicho Moira sobre mí? Necesitaba pensar, analizar todo lo que había pasado en esta hora, pare un taxi y fui hasta mi casa… Hacia tanto tiempo que no iba a mi casa, desde ese fatídico día en que Bianca me pidió que me aleje de José… José, como añoro a ese hombre, me gustaría tenerlo a mi lado, abrazándome, queriéndome… Todo había cambiado tanto y tenía miedo que todo vuelva a cambiar otra vez.
Una vez en casa abrí una botella de vino tinto, siempre que no estoy con Moira bebo vino tinto, este vino es de un sabor intenso, con notas de cerezas negras y cedro, esta delicioso, sorbí dos veces seguidas, luego puse música tranquila y me propuse relajarme, me sentía confundida, enojada y triste a la vez, es increíble como varios sentimientos tan diferentes entre sí pueden albergar mi cabeza, Pablo me resultaba extremadamente tentador y el hecho de que Moira me haya prohibido estar con él le daba un toque extra de peligro que me atraía aún más, quizás si ella no me hubiese dicho nada, Pablo me hubiera pasado inadvertido pero ahora lo deseo, más que a cualquier persona… Ni siquiera recuerdo el momento en que me quede dormida, lo que si recuerdo es el sueño que tuve, soñé con Pablo, con su perfume embriagador, soñé que sus manos acariciaban mis caderas con un movimiento circular, dulce y prepotente a la vez, soñé como sus dedos se dirigían hacia mis muslos y me apretaban, soñé su aliento en mi nuca y como mi respiración se aceleraba cuando su lengua recorría mi cuello, podía sentir como su sexo exuberante apretaba mi vagina sobre mi ropa y como ya mojada le suplicaba que acabase esa terrible tortura, Pablo se desabrochaba el pantalón y sacaba su pene blanco y duro y yo lo tomaba entre mis manos y lo acariciaba frenéticamente, él, con brusquedad rompía mi pantalón, con sus dedos corría mi bombacha y entraba en mi abriéndome las piernas sobre su cuerpo, sus labios me besaban con una pasión inexplicable, ¡ay sus besos! Eran como los de Moira, dulces y arrebatadores, su lengua suave y delicada, sus dientes rosaban mis labios y mi aliento se detenía unos segundos, luego él gritaba llenándome de él, de sus jugos y se iba, me dejaba sola, llorando acurrucada en el suelo frio y húmedo, entonces oirá se arrodillaba a mi lado y tomándome en sus brazos me decía “Te dije que no te acuestes con él”.
El sueño me hizo despertar sobresaltada, la luz del día me golpeo en la cara y el timbre que justo había sonado me dio dolor de cabeza, abrí la puerta y la vi a Moira bella como siempre, entro, me beso  y me dijo
-          -Tenemos que hablar- Y esas palabras me helaron la sangre. 

martes, 11 de febrero de 2014

ALGO MÁS QUE SEXO.

La noche fue demasiado larga para mi gusto pero ahora acostada junto a Moira luego de hacer el amor no puedo dejar de pensar en el infierno que debe estar pasando Mia, Marco se fue muy enojado aunque sigo sin entender cómo pueden haber personas con mente tan cerrada juzgando lo que está bien y lo que está mal, Moira apoyo la cabeza sobre su mano y me miro
-          Estas pensando en ella ¿no?- Me dijo y no pude saber si le había molestado o no- No te preocupes- me dijo- Se van a arreglar y van a seguir con su casamiento, la fiesta y la perdiZ eso sí, no creo que nos inviten- dijo y se rio, luego se levantó de la cama y mis ojos se posaron sobre su magnífico cuerpo de diosa, -¿queres un poco más de vino?
-          Sí, dale. Le dije mientras iba detrás de ella y la abrazaba por detrás, besando sus hombros blancos y suaves, mis pechos rosaban su espalda y mis brazos sus pezones aun erectos, respire su olor mientras ella me daba la copa de vino blanco, mi  celular sonó y ella se apartó de mí para atenderlo
-          ¿Hola? Sí… Ok, ya te abro dame un segundo- Dijo mientras agarraba su bata y se la ponía, yo seguía desnuda, de pie con la copa de vino en la mano sin entender que pasaba, Moira abrió la puerta y ahí de pie estaba Mia, temblando, con su vestido rojo, maquillaje corrido y se notaba que había estado llorando- Pasa- Le dijo y cuando Mia me vio vino corriendo a mí y me abrazo
-          Marco me dejo- Me dio con los ojos llenos de lagrimas
-          Voy a traerte una copa de vino- Le dijo Moira, ella es así, todo lo soluciona con una copa de vino, Ver a Mia de esa manera despertó en mí un deseo de protegerla, la veía vulnerable y pequeña, una niña hermosa que necesitaba contención y amor aunque yo solo podía contenerla yo no podía dar amor. Cuando Moira le entrego la copa yo aproveche para ponerme una camiseta negra de Moira y las tres nos sentamos en la cama
-          No sabía a donde ir, perdón si las interrumpí- Dijo Mia mientras bebía un sorbo de vino
-          No nos interrumpiste, ya habíamos terminado- Le dijo mi delicada amiga y yo la mire con ganas de matarla pero ella me sonrío haciéndose la inocente.
Mia nos contó que Marco estaba muy enojado, se sentía usado y engañado, le había dicho que no podía casarse con una mujer que no sabe lo que quiere y que para él estaba claro que no era un hombre lo que ella quería y que él no iba a poder aguantar que cada tanto su mujer tenga ataques lésbicos que él no iba a tolerar algo semejante. Con cada palabra que escuchaba más rabia me daba, a Moira y a mí nos tildo de reclutadoras para una secta sexual y a ella como a una ingenua que callo en las mentiras de dos mujeres que habían perdido el rumbo y ahí no aguante más y me reí como hacia muchísimo tiempo no me reía, Moira hizo lo mismo y Mia sin entender nada nos miraba incrédula, era un idiota y lo mejor que podía hacer Mia era alejarse cuanto antes de un hombre así. Moira volvió a levantarse de la cama y nos dijo
-          Voy abrir una botella de champagne y vamos a brindar por que hoy tu vida va a cambiar, a partir de hoy te prometo que Mia va a ser una mujer que disfruta de su cuerpo y de la pasión salvaje-
Mi amiga, ella es tan brillante tan única, encontró un juguete nuevo encontró a alguien más a quien moldear a su gusto y por un momento temí por lo que podía crear pero mentiría si dijera que le di mucha importancia en ese momento. Mia estaba triste, podía notarlo pero se dejaba guiar por Moira, dejaba que el espíritu entusiasta de mi amiga se apoderara también de ella, Moira sirvió tres copas de champagne y brindamos por el futuro venidero, me pareció muy cursi eso de “futuro venidero” hasta me resulto un poco gracioso pero no dije nada.
Estuvimos vario tiempo hablando de trivialidades, conociendo un poco más a Mia y ella a nosotras, nos preguntó sobre nuestro estilo de vida y de las cosas que hicimos juntas entonces Moira salto de la cama de forma infantil y riéndose dijo
-          Ya mismo vengo, tengo una sorpresa para vos Mia, una que creo que también va a sorprender a mi amiguita- Dijo y se fue con cara de picara hacia el vestidor, tardo apenas unos segundos y cuando se acercó a nosotras pude ver que traía un CD de Dvd en sus manos, la miré extrañada sin comprender que era eso, entonces Moira se acercó a mí, me beso con pasión arrebatadora y dijo
-          Se titula, la playa y los Trujillo- y se rio con ganas al ver mi cara de horror, me había olvidado que ese día mi amiga había filmado a los gemelos Trujillo haciendo de mi cuerpo un lugar donde descargar sus más osados deseos, los ángeles negros, que hermosos recuerdo, Moira nunca me enseño esa filmación y yo me había olvidado completamente de eso, Mia pregunto qué era eso y mi amiga le respondo muy tranquilamente que era un video donde yo experimentaba uno de los deseos más dulces y calientes cuando dos hombres ardientes me hacían llegar al punto máximo del placer y la locura, Mia estaba intrigada, pude notar como sus mejillas se encendían y sus labios se curvaban en una media sonrisa, mientras mi demonio pelirrojo ponía la filmación de los ángeles negros yo llene las copas, algo me decía que las iba a necesitar enseguida, apenas pone Play se ven dos hombres perfectos de espalda a la cámara, no se ve bien que están haciendo pero se oyen gemidos y las olas de mar, en un momento la cámara se mueve un poco y se me puede observar con los ojos cerrados y los labios apenas abiertos gimiendo de placer, al ver eso, mi cuerpo experimenta las mismas sensaciones que ese día, siento el calor pegajoso del verano, logro sentís  un par de lenguas lamiendo mis pezones erectos y sin querer un gemido se escapa de mis labios, Mia me mira y sé que está pensando, le excita verme, le excita ver a esos dos hombres morenos lamiéndome y puedo hasta jurar que ella también los siente, Moira estaba atenta a nuestras reacciones, parecía un ave de rapiña observando a sus presas. Volví a mirar la pantalla del televisor y esta vez se me veía a mi sobre la gran roca mientras uno de los hermanos besaba mis labios y el otro mi sexo, la respiración de Mia se iba acelerando y tuve ganas de besarla, de calmar su sed se cariño, Moira leyó mis pensamientos y asintió con la cabeza como autorizándome a que lo haga, que era el momento, entonces casi sin dudarlo mi mano acaricio los cabellos de Mia y ella se giro a mirarme a los ojos, su mirada me hacia invitación a sus labios, entonces la bese, primero despacio hasta que su lengua me dio la bienvenida entonces la bese con pasión, devorando su boca, absorbiendo su lengua, haciendo mío sus gemidos, mi corazón latía con mucha fuerza y mi sexo palpitaba de deseo cuando los gemidos de Mia se mezclaban con los que me llegaba del televisor, Moira se arrodillo en el medio de nosotras y como si fuera un ángel nos abrazó mientras nosotras seguíamos saboreando nuestras bocas, las manos de Moira bajaron por nuestras espaldas y nos acariciaba a la vez, luego de un tiempo Se hizo hueco entre nosotras, lentamente desabrocho mi camisa liberando mis pechos, luego me dio la espalda para ponerse enfrente a Mia, con dulzura acaricio y recogió el cabello de Mia y los sostuvo con una mano mientras con sus labios besaba sus hombros, yo me dispuse a observarlas, ver sus cuerpos, ver como se mezclaban los colores de sus cuerpos haciéndose uno, era tan excitante verlas, era mágico, en la tele se veía a los hermanos Trujillo dentro mío, dándome placer como nunca antes lo había permitido y desee transportarme a ese día para poder volver a sentirlo dentro de mi piel, a ambos a la vez, sentir como sus vergas duras y gruesas entraban perfectamente en mí, volví la vista a las mujeres que tenía en mi cama y me uní a ellas, Moira estaba entre las piernas de Mia, acariciando su dulce sexo mientras, las oía suspirar, los ojos de ambas estaban cerrados, preferían sentir antes que ver, Mi demonio pelirrojo estaba de rodillas lamiendo y saboreando entonces aproveche eso y me hinque detrás de ella, su culo perfecto estaba ante mis ojos, su sexo rosado se veía hinchado y jugoso y mi lengua no resistió la tentación y lamio esos jugos deliciosos, Moira se estremeció y pude notar que aceleraba el ritmo entre su boca y Mia, su sexo y mi boca…
Moira iba a acabar, podía notarlo, pero aun no iba a dejarla, quería que sigamos así, lamiéndonos, saboreando nuestros jugos, me aleje de ella y me dirigí hacia Mia, ella seguía con los ojos cerrados disfrutando plenamente del momento, me inspiraba ternura, una mezcla de ternura y deseo desenfrenado, con mi lengua roce sus labios y ella respondió con un espasmo, luego baje por su cuello hasta llegar a sus pezones duros, los lamí con suavidad, primero uno, luego el otro, me subí arriba de ella, mis rodillas en su cintura y levante mi sexo dejándolo a la vista de Moira, ella se dio cuenta enseguida lo que quería y metió dos dedos dentro mío, mientras su lengua seguía con Mía, Mia me besaba con desesperación y así fuerte y jadeante llego su orgasmo, reinando el ambiente e invadiendo los labios de Moira quien se relamió gustosa, el orgasmo de Mia duro mucho tiempo y eso hacía que el mío quiera alcanzar al suyo, pero Moira se frenó y con un decisión me dio vuelta y me recostó sobre la cama, se subió encima mío y restregó su sexo en mi cuerpo y sus piernas me envolvieron por completo, todo su cuerpo era una fiesta maravillosa estaba muy excitada, hacía mucho tiempo que no la veía así, estaba eufórica, nuestros sexos hacían presión con el cuerpo de la otra mientras nuestras bocas se comían y nuestras leguas jugaban entre ellas, muestras manos acariciaban nuestros cuerpos sin control, eso era amor, no era solo sexo, era necesidad, me sentía plena, lo tenía todo ahí, con ella, en su cuerpo… Nuestros orgasmos llegaron a la vez y por un momento efímero reino la paz en nuestra casa, no se oía más que nuestras respiraciones, la película había terminado y solo se podía ver mi cara de satisfacción, así nos dormimos las tres, abrazadas, satisfechas descansando de una noche inolvidable.
A la mañana siguiente cuando me desperté Mia se había ido y una nota sobre la cama nos decía que Marco la había llamado de regreso y sin siquiera quererlo me sentí triste
-          Todavía me tenes a mí- Me dijo Moira mientras me abrazaba para seguir durmiendo a mi lado.