Último día de playa, Mañana volvemos a casa, José dice que
nos extraña y que mañana nos espera con la comida lista. La verdad es que
nosotras también lo extrañamos, pero no pudo venir ya que su trabajo y los
estudios no se lo permiten.
Soy la primera en levantarme, Moira sigue durmiendo, anoche
me dijo entre dormida que si quería saber quién nos dejaba el desayuno, tenía
que levantarme más temprano que de costumbre y en la oscuridad la vi sonreír o
eso me pareció. Lo cierto es que me despertaba curiosidad eso, este fin de
semana que pasamos acá el desayuno estaba siempre listo, ¿cómo sabían lo que
tomábamos cada una? ¿Se lo habrá dicho Moira? ¿Ella los conoce? ¿Y por qué no
me dice quiénes son?
Me levante de la cama con mucha fiaca, llevaba mi short y
una remera musculosa rosa que dejaba entrever mis pechos desnudos, el clima a
la mañana es muy cálido por eso salí descalza, el desayuno aún no estaba,
entonces me dio por sonreír, sabía que en cualquier momento lo iban a traer y
que mi curiosidad se iba a desvanecer, me puse a leer mi libro favorito
mientras esperaba, cuando de repente una voz femenina me saca de la lectura, la
vos era de una mujer mayor, tenía la voz suave y cansada, levante la vista y vi
a una señora morena, con cabello negro oscuro recogido a lo alto, era delgada y
a pesar de las arrugas de su frente se la veía atractiva. – Buenos días
señorita, disculpe la tardanza, no sabía que ya se había levantado, enseguida
le traen su desayuno- me dijo muy amablemente, me quede decepcionada, mi curiosidad
se convirtió en un hecho aburrido. Seguí sumergiéndome en la historia de Adonai
cuando veo unas manos masculinas, grandes, morenas, con dedos largos y gruesos,
entonces levante la vista y vi a un chico de unos 28 años sirviendo el
desayuno, su cabello era negro como la mujer que vi antes, tenía ojos negros y
unos labios carnosos y extremadamente erótica, llevaba un short beige y una
musculosa negra que dejaba ver sus brazos trabajados, me imagine que debajo de
esa ropa debía de tener el cuerpo marcado y la verdad es que me excito la idea
de tocar y lamer ese cuerpo. Moira apareció detrás de él y me hizo un gesto
obsceno con la mano que me hizo reír, el joven se dio la vuelta y dijo – Buenos
días señoritas- Y se marchó. Moira se sentó a mi lado sirviéndose el café y
sonriendo- Te gusto no? Espera a ver al hermano- me dijo. Me pregunte como los
había visto antes, desde que estamos acá ella jamás se levantó antes que yo y
respondiendo a mi pregunta jamás formulada me dijo que hace tiempo trabajaban
para su amigo y que vivían en la casa de al lado, También me contó que se
llamaba Santiago Trujillo y cuando dijo
su nombre él volvió a aparecer de entre lo árboles trayendo medialunas aun
calentitas – Las hizo mi mamá para Uds.- No dijo sonriendo y agachando la cabeza-
¿Te gustaría venir a la playa con nosotras? Podrías traer a tu hermano también,
es que nos vamos mañana temprano y quiero que ella conozca la playa “Del
deseo”- le dijo guiñándole un ojo, a lo que hizo que él respondió que sí. -
¿playa del deseo? Pregunté nuevamente llena de curiosidad.
Una vez terminado el desayuno Santiago vino a recoger la
mesa mientras nosotras nos preparábamos para ir a la playa, decidí ponerme el
biquini blanco con un vestido transparente haciendo juego, Moira se puso
biquini y un short rojo sin remera ni nada, ella iba mostrando sus pechos
perfectos apenas cubiertos con los triángulos del biquini. Cuando nos estábamos
yendo le dijo a Santiago- te esperamos
en la playa del deseo, no me falles, trae a tu hermano. Y le guiño el ojo.
En el camino las bocinas de los coches no dejaban de sonar,
en cualquier momento íbamos a provocar un accidente, porque Moira provocaba a
los conductores con su melena roja al viento, sus pechos, su cuerpo y además
porque cada vez que tocaban bocina ella se me acercaba y me pasaba la punta de
la lengua por los labios, a ella le gustaba jugar y a mí me gustaba que sea
conmigo.
Una vez que llegamos a la playa me di cuenta que era una
playa nudista, nunca había estado en una pero con ella hacia hasta lo que jamás
me imagine hacer, así que esto no me iba a asustar, había gente de todo tipo de
edades, hombres y mujeres y a nadie parecía importarles que otros vean sus miembros
flojos. Sacamos las toallas y nos acostamos al sol, riendo y charlando como
siempre, Moira se quitó el bañador y me pidió que le ponga bronceador en todo el
cuerpo, ¡Dios, era tan hermosa! Me puse crema en las manos y comencé a
masajearle el cuerpo, cubriendo su blanca espalda con el protector mientras
ella gemía despacito. Estaba jugando, la conozco, en un momento Moira comienza
a mover su mano en alto y cuando miro a donde señalaba, veo venir a Santiago y
a otro muchacho que me imagino que será su famoso hermano, mi amiga se da la
vuelta sobre sus rodillas para ponerse junto a mi rostro, me besa
apresuradamente como una adolecente – Este es mi regalo para vos, ambos te van
a coger y luego lo vamos a ver en casa, con José- me dijo sacando de su bolso
una mini cámara de filmar, es increíble como sabe excitarme, sus locas y
sensuales ideas me hacen perder la razón en pocos segundos. Ya que ellos iban a
estar dentro de mí mi mente comenzó a divagar por lugares exóticos y
afrodisiacos, estaba excitada, realmente excitada.
Los hermanos Trujillo estaban a pocos metros de nosotras y
ahí pude observarlos a mi antojo, ambos eran exactamente iguales, no sabía cuál
era Santiago y cual su hermano, ambos vestían exactamente igual
- El de la derecha es Patricio- me dijo mi amiga al ver mi
cara de incredulidad. Ambos llegaron con una sonrisa estampada en sus bellos
rostros y nos saludaron
– Gracias por invitarnos Moira- Le dijo uno de ellos- su
amiga es realmente exquisita- concluyo, sentí mis mejillas ponerse rojas y los
tres se echaron a reír.
-
Mejor vamos a la playa “del Deseo”- Dijo mi
amiga, para ser sincera pensé que ya estábamos en esa playa, pero no quise
decir nada, agarramos nuestras cosas y nos fuimos, los hermanos Trujillo traían
una heladerita térmica y me imagine que dentro tenían alcohol, mi amiga y su
bendito champagne, definitivamente ellos ya se conocían de antes, ¿Habrán
estado también con Moira? Claro que sí, que pregunta más tonta me hago.
La playa del deseo no era más que un lugar apartado, junto a
la orilla, donde rompen las olas, había una piedra gigante con una forma muy
singular, perfecta para el momento, decidimos quedarnos allí, el mar estaba
calmo y el agua a penas se movía, hacía mucho calor y el mar estaba cálido.
Moira y Santiago (creo) sacaron una botella de vino blanco, también favorito de
mi amiga y 4 copas, sacaron frutillas y
otro tipo de frutas. Estuvimos bebiendo y charlando largo tiempo, la verdad es
que los hermanos eran hombres muy interesantes, me gustaba oírlos hablar, ver
sus facciones cuando se movían.
Moira vino a mí y me beso en los labios mientras acariciaba
mi espalda con sus manos, la boca de ella me pierde y enseguida me entrego a
ella en cuerpo y alma, sus dedos ávidos me desabrocha la parte de arriba del
biquini y mis pechos juguetones salen y se poyan junto a los de ella, los
hermanos Trujillo están mirándonos en sus ojos había deseo, apenas 5 minutos
después tenia a ambos hermanos a mi lado, ambos lamiendo cada uno de mis
pezones, le pasaban la lengua para luego succionar, luego muy despacio hacían
presión con los dientes y la lengua, eso me hacía estremecer, Moira se apartó
de nosotros y comenzó a filmarnos, ella estaba con la parte baja del biquini y
sus pechos bailando al compás de sus pasos. Qué me chupen los pezones me
calienta sorprendentemente, pero hacerlo como lo hacían los hermanos me estaba
encendiendo en un tiempo record, podría acabar de esa manera, cada uno
chupándome, lamiéndome solo los pechos, estaba en el paraíso, de eso no había
duda, mi demonio pelirrojo junto con sus ángeles negros me estaban haciendo
llegar al éxtasis jamás experimentado por ningún otro ser humano, estaba
completamente mojada, mi sexo estaba hirviendo y pedía desesperadamente que
alguien lo atienda. Uno de los hermanos me levanto en brazos y me beso
apasionadamente en los labios, sus boca era tan sensual, carnosa con un ligero
color a chocolate con leche, su sabor era maravilloso, así, besándome en sus
brazos me deposito suavemente sobre la gran roca el frio de esta hacia
contraste con mi piel caliente, con ganas de más, el otro hermano trajo mi copa y me dio de beber
mientras el otro acariciaba mi cuerpo como si me hiciera masajes, esas manos,
grandes y cálidas escarbaban mi piel y mi sexo palpitaba en cada caricia, luego
de beber dejo caer un poco sobre mis labios, las gotas del vino recorrieron mi
boca, para bajar por la barbilla y terminar en el centro entre mis pechos,
entonces el hermano que me estaba masajeando el cuerpo, con la lengua hizo el
mismo camino que la gota de vino y termino en mis boca deslizando su lengua
junto a la mía, cada uno y con mucha sensualidad depositaron pedacitos de fruta
sobre mí y más vino, para luego recogerlos en la boca sin tocarme apenas sentía
sus respiraciones sobre mi piel.
-
Así estas perfecta- me dijo creo que Santiago- y
casi lo que más me gusta es ese contraste que proyecta tu imagen... como de no
saber uno que quiero contigo, si cuidar de ti para siempre, o cogerte duro una
noche y olvidarte- concluyo. Sus palabras entraron de mí y tuve que ser
demasiado fuerte para resistirme y no acabar con sus palabras, esa imagen que
él puso en mí subió entre mis piernas haciéndome gemir de placer.
Patricio se acercó a mí y me pidió que me ponga en cuatro
patas sobre la roca, sin dudarlo hice lo que me pedía, me encontraba con el
sexo completamente abierto ante la mirada de esas tres personas que me hacían enloquecer
de ganas
- Sos Hermosa- Me dijo uno de ellos y creo que fue el que se
acercó a mi culo y le dio una palmada que me hizo gemir, acto seguido me
olfateo el sexo para luego pasarle la lengua y penetrarme con los dedos, era
una sensación abrumadora estaba extasiada quería que hagan conmigo lo que les
de la ganas, su lengua lamia desde mi clítoris hasta mi ano, una y otra vez, yo
estaba con los ojos cerrados disfrutando de esas nuevas sensaciones, su lengua
seguía haciendo el mismo recorrido hasta que un momento dado se detuvo en mi
ano, lamiéndolo y lubricándolo, su lengua me penetraba donde nunca nadie había
estado y la sensación era embriagadora, sus dedos comenzaron hacer círculos en
mi ano mientras su lengua chupaba mi sexo ya por demás mojado, comencé a sentir
como uno de sus dedos entraba en mí culo y gemí, me dolía, pero al mismo tiempo
me daba un infinito placer, se acercó a mi boca el otro hermano mientras se
quitaba el bañador y me enseñaba su pija dura y tentadora, como pude la tome
con una mano mientras con la otra me sostenía en la roca y comencé a chupársela
con devoción, su sexo entraba en mi boca y yo lo humedecía con mi saliva y lo
lubricaba para que entre mejor, me gustaba el sabor de su pija en mis labios,
me gustaba como gemía y se entregaba a mí, su hermano mientras tanto metía más
dedos en mi ano y los movía muy despacio, entraban y salían una y otra vez y en
mi interior subía y bajaba la lava del volcán que era mi sexo, sabía que si
seguían así iba a acabar pronto, yo seguía chupando la pija del otro hermano,
no sabía quién era quien y eso me excitaba también, quería que ambos me
penetraran, con un moviendo rápido el hermano que tenía su pene en mi boca se
puso debajo de mí y me hinco su hombría con mucha fuerza mientras él otro
seguía con 3 dedos en mi culo, el que estaba debajo de mí, comenzó a moverme
hacia delante y hacia atrás, me metía toda su pija adentro y luego la sacaba
muy muy despacio para meterla con fuerza otra vez, él apretaba mis pechos y se
los metía en la boca, su lengua jugaba con ambos pezones a la vez mientras su
hermano seguís dilatándome por detrás y cuando noto que ya estaba lista, metió
su pija en mi culo, despacito, sentía como mi ano se abría a su paso mientras
la pija dura de su hermano jugaba en mi vagina, sentir a ambos apretándome por
dentro era una experiencia inenarrable no iba a aguantar mucho más, estaba
perdida en el cielo y el infierno, ambos mundos de habían juntados y el placer
y el pecado se hacían uno y mi cuerpo y mi mente estaban ciegas de placer, las
sensaciones eran extremas y así, de esa
manera, dentro mío ambos explotaron y me llenaron con sus néctares y entonces
ya no pude más y me deje ir, me libere por completo, gemí de placer y caí
sobre la piel caliente del hombre que
tenía debajo mío.
Moira quito la cámara de su bello rostro y con sus manos
comenzó a hurgar su sexo, se la veía excitada, hermosa y sexi tocándose
mientras nos miraba exhaustos y abrazados uno sobre otros. Mi amiga acabo muy
rápido y lo mejor de todo es que estaba todo grabado, esperando el momento de
ser visto.
Nos levantamos lentamente, yo me encontraba mareada por el
alcohol y el sexo, estaba satisfecha, de eso no había dudas, nos sentamos a
disfrutar lo que quedaba de nuestro último día en la playa y a charlas en
compañía del vino que nos quedaba. Luego nos fuimos a casa con la promesa de
que en 3 meses ellos irán una temporada a casa. No sé cómo lo tomará José.
Tengo que preguntarle a Moira por que quiso filmarme, porque
con los dos hermanos, hicimos muchas cosas juntas y nunca me había dicho que
quería filmarme, mi amiga... Es un misterio perfecto y maravilloso, uno que me
gustaría descubrir. Me enciende y sabe cómo aplacar mis deseos, sabe que me
enloquece y cómo hacerlo explotar, mi demonio pelirrojo junta a su harén de
ángeles negros para llevarme a mundos desconocidos donde el sexo es la llave
para la pasión.