jueves, 7 de noviembre de 2013

Apuesta

Los días están siendo un poco más fríos y eso se agradece, dan más ganas de hacer cucharita, aunque los pies de Moira siempre están helados y termina poniéndolos sobre mí, me gusta esta vida que tenemos, me gusta despertar a su lado, desayunar juntas y disfrutar de nuestra vida sexual solas o acompañadas. Hoy viene a cenar Mía con su novio, estoy ansiosa, tengo ganas de conocerlo, según ella él es una persona muy convencional, que nunca entendería nuestro secreto, Moira dice que todos los hombres sueñan con estar con dos mujeres a la vez y yo no tengo opinión al respecto y la verdad es que me importa muy poco, pero ellas terminaron haciendo una apuesta. Moira está completamente segura que él va a caer ante los juegos pecaminosos a los que jugamos encantadas, en cambio Mía dice que él saldría corriendo para nunca más volver, y yo me quedo pensando, Mía puede perder todo lo que hasta ahora consiguió solo por una apuesta y en ese momento me doy cuenta que una vez que la pasión y el deseo se liberan ya no hay marcha atrás uno siempre termina queriendo más sin importar las consecuencias…
Cuando Moira conoció a Mía se llevaron muy bien enseguida, aunque la verdad es que Moira le cae bien a todos, aunque sea una femme Fatale es muy buena persona, muy dulce y cariñosa y eso gusta, no conozco a ninguna mujer que odie a mi bella amiga, Mía es dulce e inexperta y eso a mí demonio pelirrojo le fascina. La primera vez que se conocieron fue el mismo día que estuve con Mía en las duchas del gimnasio, recuerdo que al salir del gym los muchachos musculosos nos miraron bajar por las escaleras con una notable erección y mi cabeza sin querer se imaginó que en las duchas había cámaras y que todo el lugar había visto como la hice mía, ese pensamiento me hizo sonreír y Mía pareció no darse cuenta de nada.
Al llegar a casa Moira estaba con su bata de baño, su cabello pelirrojo tapado con una toalla más pequeña y una copa de su vino favorito en la mano, cuando nos vio entrar me dijo
-          Parece que en el gym te fue muy bien- y me guiño un ojo, se acercó a nosotras y le dio un abrazo a mi nueva amiga- Un placer conocerte, me llamo Moira- le dijo. Mía se quedó helada, ese arrebato con propio de mi amiga la había descolocado
-          Ella es Mía- Le dije y Moira comenzó a reírse de forma instantánea
-          Ya lo veremos- me respondió divertida y entonces comencé a reírme yo también
Moira se había ido a vestir y nosotras nos sentamos a beber vino mientras llegaba la comida que habíamos encargado, carne al horno con papas, poco a poco empecé a conocer a esta bella mujer, era dermatóloga, vivía con Marco su novio y Romeo su perro, tenían planes de casarse pero aún no habían puesto fecha, era feliz con su vida pero tenía miedo de no haber disfrutado de su sexualidad, me conto que siempre había querido estar con una mujer pero que no se había animado, yo le gustaba pero nunca imagino que podía pasar algo entre nosotras. Moira, se acercó a nosotras, nos había estado escuchando desde el vestidor
-          Mi amiga aprende rápido y bien, estas superando al maestro- Me dijo y me beso en la boca, con un beso pasional como ella sabe darlos. Mía bebió un sorbo largo de vino y bajo la cabeza- ¿Porque no vienen a cenar tu novio y vos este fin de semana? Te prometo que nos vamos a portar muy bien- Le dijo
-          ¿Cómo?- pregunto Mía turbada
-          Moira, creo que mejor esperamos un poco no? Que primero nos conozca bien a nosotras y luego vemos- Le dije
-          ¿Para qué alargar lo inevitable? Mejor que nos conozcan a la vez- Me dijo con un brillo indescifrable en la mirada
-          Muy bien- respondió Mía para mi sorpresa, pero que sea la próxima semana.
-          Como digas- Acepto Moira aplaudiendo como una niña.
Ese día luego de comer y de beber Mía se fue, todo esto era nuevo para ella, aún se la notaba tímida y se ponía colorada cada vez que Moira se le acercaba o me besaba, yo la entendía también para mí fue nuevo una vez, aunque esos tiempos me parecían muy lejanos.
Estos días antes del encuentro con el Marco, Mía y yo nos seguíamos viendo a escondidas de él y cuando no nos veíamos nos enviábamos fotos muy calientes, Moira se reía y a la vez lo disfrutaba, había noches que mirábamos esas fotos y terminábamos teniendo un sexo rico y salvaje, quería que llegue el día en que podamos compartirla, tenerla en la cama y hacerla disfrutar al máximo, quizás hasta deja al novio para unirse al “clan” y estallo en una melodiosa carcajada.
Cuando llego el día Moira abrió una botella de vino y yo prepare la mesa para cenar, había hecho peceto con salsa de champagne  y estaba delicioso. Ellos llegaron puntual, Mía estaba muy sugerente llevaba un vestido rojo ajustado y zapatos haciendo juego, él llevaba ropa más informal pero que le quedaba estupendamente, Marco parecía un modelo, tenía el cabello corto un cuerpo marcado por el gym y unos bellos ojos grises, ambos parecían haber salido de la alfombra roja, mi demonio pelirrojo se acercó a ellos los abrazo dándole la bienvenida  y vi como Marco se quedaba sin aliento ante la exuberancia de mi bella pelirroja quien parecía una secretaria sexy con su falda tubo negra, su camisa blanca y sus tacones negros, por un momento me pregunte qué bien había hecho en la vida para merecer tenerlos en mi vida.
Me acerque a Marcos le extendí mi mano y lo salude muy formalmente, cuando llegue a Mía la abrace y le susurre al oído las ganas que tenía poseerla ahí mismo y ella se puso colorada
-          Qué bueno conocerte al fin Marco- Le dije con una sonrisa- Mía me hablo mucho de vos… Tomen asiento, la cena estará pronto.
Moira sirvió las copas mientras yo sacaba la carne del horno.
-          ¿Te ayudo?- Me dijo Mía
-          ¿Estas segura que queres hacer esto?- Le pregunte sin preámbulos, ella pareció no entender a qué me refería, entonces me acerque a ella, la abrace y la bese con dulzura- Este juego Mía, parece buen chico y podes perderlo todo
-          Estoy muy confundida ¿Sabes? Yo lo quiero y me quiero casarme con él, pero a la vez la paso bien con vos, me gusta cuando estamos juntas, cuando estoy en casa con él las imagino a uds y el deseo en mi crece, cuando él me hace el amor yo imagino sus lenguas recorriéndome entera, no sé lo que quiero, pero en este momento necesito esto.
-          Es tu decisión- Le dije y nuevamente la bese, mis manos comenzaron a acariciar su espalda con las yemas de los dedos- Estas hermosa con ese vestido- su respiración se iba acelerando y yo lo disfrutaba, lamí su cuello mientras mis manos bajaron hasta sus muslos, levante su vestido y recorrí su sexo con la palma de mi mano, se le erizo la piel- Te deseo- le dije besándola suavemente.
Moira hablaba con Marco y se escuchaban las risas de ambos, mi amiga era una muy buena anfitriona y como ella sabía lo que podría estar pasando en la cocina entretenía al novio. Mía me freno y me dijo que lo dejemos para luego que no podía concentrarse con Marco en el living, lo supuse, así que ambas llevamos la cena a la mesa y nos pusimos a hablar de trivialidades, Marco era muy amable y simpático se lo notaba muy enamorado de Mía, hacían una muy buena pareja, era lindo verlos juntos aunque a ella la notaba muy nerviosa, no pude descifrar el motivo, pero me imagine que era por la situación que estaba viviendo.
La cena estuvo muy animaba la habíamos pasado muy bien, Moira me ayudo a levantar la mesa y a meter todo en el lavavajillas mientras yo servía el helado
-          Yo creo que voy a ganar esta apuesta- Me dijo Moira convencidísima
-          ¿Por qué estás tan segura? ¿Que estas planeando?- Le pregunte mientras la abrazaba por detrás, ella se dio la vuelta para quedar frente a mí y me beso apasionadamente
-          Me tenes un poco abandonada esta noche- me dijo haciéndose la niña inocente
-          Jamás te abandonaría a vos- Le dije y volví a besar sus labios, sensuales, carnosos y extremadamente deliciosos, las ganas acumuladas con Mía y los besos de mi demonio pelirrojo estaban haciendo brecha en mí, estaba excitada, sentía la humedad apoderándose de mi cuerpo pero sobretodo de mi sexo, Moira sabia detectar esos momentos entonces me desabrocho el pantalón y metió sus dedos entre mi tanga y comenzó a presionar mi clítoris con suavidad, mis jadeos comenzaron a salir de mis labios mientras ella besaba mi cuello y bajaba hasta mi escote, sus dedos seguían jugando dentro mío y yo, presa del deseo comencé a desabrochar el vestido de Moira hasta que escuchamos a alguien en la puerta de la cocina, ambas miramos a esa dirección entonces vimos a Marco con los ojos muy abiertos observándonos, Moira aprovecho su mirada y sin dejar de observar sus ojos siguió besándome, sus dedos no se habían detenido seguían invadiéndome deliberadamente y sin darme cuenta la mirada de Marco me estaba encendiendo aún más, cuando al fin pudo moverse Marco salió de la cocina entonces Moira haciendo un bufido se apartó de mí y lo siguió yo hice lo mismo más excitada que nunca
-          Nos vamos- Dijo Marco cogiendo sus cosas
-          ¿Qué paso?- Pregunto Mía atónita
-          ¿Vos sabias esto?- Le dijo a Mía gritándole-
-          No sé de qué estás hablando amor, ¿Qué paso?- Respondió ella mirándonos a nosotras y luego a su novio
-          Que nos vio a Moira y a mi besándonos en la cocina- y sus ojos se clavaron en los míos no pude descifrar si estaba molesta por que él no vio o porque Moira y yo estábamos besándonos
-          Entonces lo sabias, ¿para esto me trajiste? ¿Qué pretendías? ¿qué nos acostemos los 4 juntos a ver qué pasa?  Te dije mil veces que esto no me va, que me alcanza con vos que te necesito a vos… Mía se puso a llorar, entonces me puse delante de ella para defenderla de los ataques de su novio
-          Estas exagerando Marco- Le dije para intentar calmarlo- Ella no sabía que Moira y yo somos pareja- Moira me miro sin dar crédito a lo que decía
-          No es para tanto Marco- le dijo Moira acercándose él la freno haciéndole un gesto de alto con la mano- Nos gusta disfrutar del sexo, somos dos mujeres libres y con ganas de disfrutar nuestra sexualidad, ¿por qué sos tan cerrado? Si probaras te aseguro que no te vas a arrepentir, entrégate te va a gustar.
-          Están completamente enfermas, Mía ¿esto es lo que queres? Vivir así, siendo una promiscua- Mía lloraba y yo trataba de consolarla- No lo puedo creer, y yo te quería como pareja, no te reconozco.
-          Para un poquito- Le dije exaltada- Déjala al margen de todo esto, ella no sabía nada de nuestra vida sexual, y no voy a discutir eso con vos ni con nadie, nuestra vida sexual es nuestra y punto. Así que si nos vas a hablar de esta manera te voy a pedir que te vayas de nuestra casa.
Mía se acercó a Marco y lo beso
-          Vos sos lo más importante que tengo en la vida- Le dijo y eso me molesto un poco- Lo que quiero es una vida a tu lado.
-          Entonces vámonos de esta casa, por favor-
Mía me miro con tristeza en los ojos mientras agarraban sus cosas y se iban. Yo me quede ahí de pie, sin entender que había pasado. Moira me sirvió una copa de vino y me dijo
-          Lamento mucho que haya gente tan cerrada, con lo lindo que es coger y disfrutar de eso - Su comentario me hizo sonreír- ¿en qué estábamos antes de que nos interrumpan? Me dijo mientras desabrochaba su vestido y me enseñaba su bella desnudez.
Continuara

No hay comentarios:

Publicar un comentario