martes, 11 de febrero de 2014

ALGO MÁS QUE SEXO.

La noche fue demasiado larga para mi gusto pero ahora acostada junto a Moira luego de hacer el amor no puedo dejar de pensar en el infierno que debe estar pasando Mia, Marco se fue muy enojado aunque sigo sin entender cómo pueden haber personas con mente tan cerrada juzgando lo que está bien y lo que está mal, Moira apoyo la cabeza sobre su mano y me miro
-          Estas pensando en ella ¿no?- Me dijo y no pude saber si le había molestado o no- No te preocupes- me dijo- Se van a arreglar y van a seguir con su casamiento, la fiesta y la perdiZ eso sí, no creo que nos inviten- dijo y se rio, luego se levantó de la cama y mis ojos se posaron sobre su magnífico cuerpo de diosa, -¿queres un poco más de vino?
-          Sí, dale. Le dije mientras iba detrás de ella y la abrazaba por detrás, besando sus hombros blancos y suaves, mis pechos rosaban su espalda y mis brazos sus pezones aun erectos, respire su olor mientras ella me daba la copa de vino blanco, mi  celular sonó y ella se apartó de mí para atenderlo
-          ¿Hola? Sí… Ok, ya te abro dame un segundo- Dijo mientras agarraba su bata y se la ponía, yo seguía desnuda, de pie con la copa de vino en la mano sin entender que pasaba, Moira abrió la puerta y ahí de pie estaba Mia, temblando, con su vestido rojo, maquillaje corrido y se notaba que había estado llorando- Pasa- Le dijo y cuando Mia me vio vino corriendo a mí y me abrazo
-          Marco me dejo- Me dio con los ojos llenos de lagrimas
-          Voy a traerte una copa de vino- Le dijo Moira, ella es así, todo lo soluciona con una copa de vino, Ver a Mia de esa manera despertó en mí un deseo de protegerla, la veía vulnerable y pequeña, una niña hermosa que necesitaba contención y amor aunque yo solo podía contenerla yo no podía dar amor. Cuando Moira le entrego la copa yo aproveche para ponerme una camiseta negra de Moira y las tres nos sentamos en la cama
-          No sabía a donde ir, perdón si las interrumpí- Dijo Mia mientras bebía un sorbo de vino
-          No nos interrumpiste, ya habíamos terminado- Le dijo mi delicada amiga y yo la mire con ganas de matarla pero ella me sonrío haciéndose la inocente.
Mia nos contó que Marco estaba muy enojado, se sentía usado y engañado, le había dicho que no podía casarse con una mujer que no sabe lo que quiere y que para él estaba claro que no era un hombre lo que ella quería y que él no iba a poder aguantar que cada tanto su mujer tenga ataques lésbicos que él no iba a tolerar algo semejante. Con cada palabra que escuchaba más rabia me daba, a Moira y a mí nos tildo de reclutadoras para una secta sexual y a ella como a una ingenua que callo en las mentiras de dos mujeres que habían perdido el rumbo y ahí no aguante más y me reí como hacia muchísimo tiempo no me reía, Moira hizo lo mismo y Mia sin entender nada nos miraba incrédula, era un idiota y lo mejor que podía hacer Mia era alejarse cuanto antes de un hombre así. Moira volvió a levantarse de la cama y nos dijo
-          Voy abrir una botella de champagne y vamos a brindar por que hoy tu vida va a cambiar, a partir de hoy te prometo que Mia va a ser una mujer que disfruta de su cuerpo y de la pasión salvaje-
Mi amiga, ella es tan brillante tan única, encontró un juguete nuevo encontró a alguien más a quien moldear a su gusto y por un momento temí por lo que podía crear pero mentiría si dijera que le di mucha importancia en ese momento. Mia estaba triste, podía notarlo pero se dejaba guiar por Moira, dejaba que el espíritu entusiasta de mi amiga se apoderara también de ella, Moira sirvió tres copas de champagne y brindamos por el futuro venidero, me pareció muy cursi eso de “futuro venidero” hasta me resulto un poco gracioso pero no dije nada.
Estuvimos vario tiempo hablando de trivialidades, conociendo un poco más a Mia y ella a nosotras, nos preguntó sobre nuestro estilo de vida y de las cosas que hicimos juntas entonces Moira salto de la cama de forma infantil y riéndose dijo
-          Ya mismo vengo, tengo una sorpresa para vos Mia, una que creo que también va a sorprender a mi amiguita- Dijo y se fue con cara de picara hacia el vestidor, tardo apenas unos segundos y cuando se acercó a nosotras pude ver que traía un CD de Dvd en sus manos, la miré extrañada sin comprender que era eso, entonces Moira se acercó a mí, me beso con pasión arrebatadora y dijo
-          Se titula, la playa y los Trujillo- y se rio con ganas al ver mi cara de horror, me había olvidado que ese día mi amiga había filmado a los gemelos Trujillo haciendo de mi cuerpo un lugar donde descargar sus más osados deseos, los ángeles negros, que hermosos recuerdo, Moira nunca me enseño esa filmación y yo me había olvidado completamente de eso, Mia pregunto qué era eso y mi amiga le respondo muy tranquilamente que era un video donde yo experimentaba uno de los deseos más dulces y calientes cuando dos hombres ardientes me hacían llegar al punto máximo del placer y la locura, Mia estaba intrigada, pude notar como sus mejillas se encendían y sus labios se curvaban en una media sonrisa, mientras mi demonio pelirrojo ponía la filmación de los ángeles negros yo llene las copas, algo me decía que las iba a necesitar enseguida, apenas pone Play se ven dos hombres perfectos de espalda a la cámara, no se ve bien que están haciendo pero se oyen gemidos y las olas de mar, en un momento la cámara se mueve un poco y se me puede observar con los ojos cerrados y los labios apenas abiertos gimiendo de placer, al ver eso, mi cuerpo experimenta las mismas sensaciones que ese día, siento el calor pegajoso del verano, logro sentís  un par de lenguas lamiendo mis pezones erectos y sin querer un gemido se escapa de mis labios, Mia me mira y sé que está pensando, le excita verme, le excita ver a esos dos hombres morenos lamiéndome y puedo hasta jurar que ella también los siente, Moira estaba atenta a nuestras reacciones, parecía un ave de rapiña observando a sus presas. Volví a mirar la pantalla del televisor y esta vez se me veía a mi sobre la gran roca mientras uno de los hermanos besaba mis labios y el otro mi sexo, la respiración de Mia se iba acelerando y tuve ganas de besarla, de calmar su sed se cariño, Moira leyó mis pensamientos y asintió con la cabeza como autorizándome a que lo haga, que era el momento, entonces casi sin dudarlo mi mano acaricio los cabellos de Mia y ella se giro a mirarme a los ojos, su mirada me hacia invitación a sus labios, entonces la bese, primero despacio hasta que su lengua me dio la bienvenida entonces la bese con pasión, devorando su boca, absorbiendo su lengua, haciendo mío sus gemidos, mi corazón latía con mucha fuerza y mi sexo palpitaba de deseo cuando los gemidos de Mia se mezclaban con los que me llegaba del televisor, Moira se arrodillo en el medio de nosotras y como si fuera un ángel nos abrazó mientras nosotras seguíamos saboreando nuestras bocas, las manos de Moira bajaron por nuestras espaldas y nos acariciaba a la vez, luego de un tiempo Se hizo hueco entre nosotras, lentamente desabrocho mi camisa liberando mis pechos, luego me dio la espalda para ponerse enfrente a Mia, con dulzura acaricio y recogió el cabello de Mia y los sostuvo con una mano mientras con sus labios besaba sus hombros, yo me dispuse a observarlas, ver sus cuerpos, ver como se mezclaban los colores de sus cuerpos haciéndose uno, era tan excitante verlas, era mágico, en la tele se veía a los hermanos Trujillo dentro mío, dándome placer como nunca antes lo había permitido y desee transportarme a ese día para poder volver a sentirlo dentro de mi piel, a ambos a la vez, sentir como sus vergas duras y gruesas entraban perfectamente en mí, volví la vista a las mujeres que tenía en mi cama y me uní a ellas, Moira estaba entre las piernas de Mia, acariciando su dulce sexo mientras, las oía suspirar, los ojos de ambas estaban cerrados, preferían sentir antes que ver, Mi demonio pelirrojo estaba de rodillas lamiendo y saboreando entonces aproveche eso y me hinque detrás de ella, su culo perfecto estaba ante mis ojos, su sexo rosado se veía hinchado y jugoso y mi lengua no resistió la tentación y lamio esos jugos deliciosos, Moira se estremeció y pude notar que aceleraba el ritmo entre su boca y Mia, su sexo y mi boca…
Moira iba a acabar, podía notarlo, pero aun no iba a dejarla, quería que sigamos así, lamiéndonos, saboreando nuestros jugos, me aleje de ella y me dirigí hacia Mia, ella seguía con los ojos cerrados disfrutando plenamente del momento, me inspiraba ternura, una mezcla de ternura y deseo desenfrenado, con mi lengua roce sus labios y ella respondió con un espasmo, luego baje por su cuello hasta llegar a sus pezones duros, los lamí con suavidad, primero uno, luego el otro, me subí arriba de ella, mis rodillas en su cintura y levante mi sexo dejándolo a la vista de Moira, ella se dio cuenta enseguida lo que quería y metió dos dedos dentro mío, mientras su lengua seguía con Mía, Mia me besaba con desesperación y así fuerte y jadeante llego su orgasmo, reinando el ambiente e invadiendo los labios de Moira quien se relamió gustosa, el orgasmo de Mia duro mucho tiempo y eso hacía que el mío quiera alcanzar al suyo, pero Moira se frenó y con un decisión me dio vuelta y me recostó sobre la cama, se subió encima mío y restregó su sexo en mi cuerpo y sus piernas me envolvieron por completo, todo su cuerpo era una fiesta maravillosa estaba muy excitada, hacía mucho tiempo que no la veía así, estaba eufórica, nuestros sexos hacían presión con el cuerpo de la otra mientras nuestras bocas se comían y nuestras leguas jugaban entre ellas, muestras manos acariciaban nuestros cuerpos sin control, eso era amor, no era solo sexo, era necesidad, me sentía plena, lo tenía todo ahí, con ella, en su cuerpo… Nuestros orgasmos llegaron a la vez y por un momento efímero reino la paz en nuestra casa, no se oía más que nuestras respiraciones, la película había terminado y solo se podía ver mi cara de satisfacción, así nos dormimos las tres, abrazadas, satisfechas descansando de una noche inolvidable.
A la mañana siguiente cuando me desperté Mia se había ido y una nota sobre la cama nos decía que Marco la había llamado de regreso y sin siquiera quererlo me sentí triste
-          Todavía me tenes a mí- Me dijo Moira mientras me abrazaba para seguir durmiendo a mi lado.


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