lunes, 20 de mayo de 2013

Los hermanos Trujillo


Último día de playa, Mañana volvemos a casa, José dice que nos extraña y que mañana nos espera con la comida lista. La verdad es que nosotras también lo extrañamos, pero no pudo venir ya que su trabajo y los estudios no se lo permiten.
Soy la primera en levantarme, Moira sigue durmiendo, anoche me dijo entre dormida que si quería saber quién nos dejaba el desayuno, tenía que levantarme más temprano que de costumbre y en la oscuridad la vi sonreír o eso me pareció. Lo cierto es que me despertaba curiosidad eso, este fin de semana que pasamos acá el desayuno estaba siempre listo, ¿cómo sabían lo que tomábamos cada una? ¿Se lo habrá dicho Moira? ¿Ella los conoce? ¿Y por qué no me dice quiénes son?
Me levante de la cama con mucha fiaca, llevaba mi short y una remera musculosa rosa que dejaba entrever mis pechos desnudos, el clima a la mañana es muy cálido por eso salí descalza, el desayuno aún no estaba, entonces me dio por sonreír, sabía que en cualquier momento lo iban a traer y que mi curiosidad se iba a desvanecer, me puse a leer mi libro favorito mientras esperaba, cuando de repente una voz femenina me saca de la lectura, la vos era de una mujer mayor, tenía la voz suave y cansada, levante la vista y vi a una señora morena, con cabello negro oscuro recogido a lo alto, era delgada y a pesar de las arrugas de su frente se la veía atractiva. – Buenos días señorita, disculpe la tardanza, no sabía que ya se había levantado, enseguida le traen su desayuno- me dijo muy amablemente, me quede decepcionada, mi curiosidad se convirtió en un hecho aburrido. Seguí sumergiéndome en la historia de Adonai cuando veo unas manos masculinas, grandes, morenas, con dedos largos y gruesos, entonces levante la vista y vi a un chico de unos 28 años sirviendo el desayuno, su cabello era negro como la mujer que vi antes, tenía ojos negros y unos labios carnosos y extremadamente erótica, llevaba un short beige y una musculosa negra que dejaba ver sus brazos trabajados, me imagine que debajo de esa ropa debía de tener el cuerpo marcado y la verdad es que me excito la idea de tocar y lamer ese cuerpo. Moira apareció detrás de él y me hizo un gesto obsceno con la mano que me hizo reír, el joven se dio la vuelta y dijo – Buenos días señoritas- Y se marchó. Moira se sentó a mi lado sirviéndose el café y sonriendo- Te gusto no? Espera a ver al hermano- me dijo. Me pregunte como los había visto antes, desde que estamos acá ella jamás se levantó antes que yo y respondiendo a mi pregunta jamás formulada me dijo que hace tiempo trabajaban para su amigo y que vivían en la casa de al lado, También me contó que se llamaba Santiago Trujillo  y cuando dijo su nombre él volvió a aparecer de entre lo árboles trayendo medialunas aun calentitas – Las hizo mi mamá para Uds.- No dijo sonriendo y agachando la cabeza- ¿Te gustaría venir a la playa con nosotras? Podrías traer a tu hermano también, es que nos vamos mañana temprano y quiero que ella conozca la playa “Del deseo”- le dijo guiñándole un ojo, a lo que hizo que él respondió que sí. - ¿playa del deseo? Pregunté nuevamente llena de curiosidad.
Una vez terminado el desayuno Santiago vino a recoger la mesa mientras nosotras nos preparábamos para ir a la playa, decidí ponerme el biquini blanco con un vestido transparente haciendo juego, Moira se puso biquini y un short rojo sin remera ni nada, ella iba mostrando sus pechos perfectos apenas cubiertos con los triángulos del biquini. Cuando nos estábamos yendo le dijo a Santiago-  te esperamos en la playa del deseo, no me falles, trae a tu hermano. Y le guiño el ojo.
En el camino las bocinas de los coches no dejaban de sonar, en cualquier momento íbamos a provocar un accidente, porque Moira provocaba a los conductores con su melena roja al viento, sus pechos, su cuerpo y además porque cada vez que tocaban bocina ella se me acercaba y me pasaba la punta de la lengua por los labios, a ella le gustaba jugar y a mí me gustaba que sea conmigo.
Una vez que llegamos a la playa me di cuenta que era una playa nudista, nunca había estado en una pero con ella hacia hasta lo que jamás me imagine hacer, así que esto no me iba a asustar, había gente de todo tipo de edades, hombres y mujeres y a nadie parecía importarles que otros vean sus miembros flojos. Sacamos las toallas y nos acostamos al sol, riendo y charlando como siempre, Moira se quitó el bañador y me pidió que le ponga bronceador en todo el cuerpo, ¡Dios, era tan hermosa! Me puse crema en las manos y comencé a masajearle el cuerpo, cubriendo su blanca espalda con el protector mientras ella gemía despacito. Estaba jugando, la conozco, en un momento Moira comienza a mover su mano en alto y cuando miro a donde señalaba, veo venir a Santiago y a otro muchacho que me imagino que será su famoso hermano, mi amiga se da la vuelta sobre sus rodillas para ponerse junto a mi rostro, me besa apresuradamente como una adolecente – Este es mi regalo para vos, ambos te van a coger y luego lo vamos a ver en casa, con José- me dijo sacando de su bolso una mini cámara de filmar, es increíble como sabe excitarme, sus locas y sensuales ideas me hacen perder la razón en pocos segundos. Ya que ellos iban a estar dentro de mí mi mente comenzó a divagar por lugares exóticos y afrodisiacos, estaba excitada, realmente excitada.
Los hermanos Trujillo estaban a pocos metros de nosotras y ahí pude observarlos a mi antojo, ambos eran exactamente iguales, no sabía cuál era Santiago y cual su hermano, ambos vestían exactamente igual
- El de la derecha es Patricio- me dijo mi amiga al ver mi cara de incredulidad. Ambos llegaron con una sonrisa estampada en sus bellos rostros y nos saludaron
– Gracias por invitarnos Moira- Le dijo uno de ellos- su amiga es realmente exquisita- concluyo, sentí mis mejillas ponerse rojas y los tres se echaron a reír.
-          Mejor vamos a la playa “del Deseo”- Dijo mi amiga, para ser sincera pensé que ya estábamos en esa playa, pero no quise decir nada, agarramos nuestras cosas y nos fuimos, los hermanos Trujillo traían una heladerita térmica y me imagine que dentro tenían alcohol, mi amiga y su bendito champagne, definitivamente ellos ya se conocían de antes, ¿Habrán estado también con Moira? Claro que sí, que pregunta más tonta me hago.
La playa del deseo no era más que un lugar apartado, junto a la orilla, donde rompen las olas, había una piedra gigante con una forma muy singular, perfecta para el momento, decidimos quedarnos allí, el mar estaba calmo y el agua a penas se movía, hacía mucho calor y el mar estaba cálido. Moira y Santiago (creo) sacaron una botella de vino blanco, también favorito de mi amiga y 4 copas,  sacaron frutillas y otro tipo de frutas. Estuvimos bebiendo y charlando largo tiempo, la verdad es que los hermanos eran hombres muy interesantes, me gustaba oírlos hablar, ver sus facciones cuando se movían.
Moira vino a mí y me beso en los labios mientras acariciaba mi espalda con sus manos, la boca de ella me pierde y enseguida me entrego a ella en cuerpo y alma, sus dedos ávidos me desabrocha la parte de arriba del biquini y mis pechos juguetones salen y se poyan junto a los de ella, los hermanos Trujillo están mirándonos en sus ojos había deseo, apenas 5 minutos después tenia a ambos hermanos a mi lado, ambos lamiendo cada uno de mis pezones, le pasaban la lengua para luego succionar, luego muy despacio hacían presión con los dientes y la lengua, eso me hacía estremecer, Moira se apartó de nosotros y comenzó a filmarnos, ella estaba con la parte baja del biquini y sus pechos bailando al compás de sus pasos. Qué me chupen los pezones me calienta sorprendentemente, pero hacerlo como lo hacían los hermanos me estaba encendiendo en un tiempo record, podría acabar de esa manera, cada uno chupándome, lamiéndome solo los pechos, estaba en el paraíso, de eso no había duda, mi demonio pelirrojo junto con sus ángeles negros me estaban haciendo llegar al éxtasis jamás experimentado por ningún otro ser humano, estaba completamente mojada, mi sexo estaba hirviendo y pedía desesperadamente que alguien lo atienda. Uno de los hermanos me levanto en brazos y me beso apasionadamente en los labios, sus boca era tan sensual, carnosa con un ligero color a chocolate con leche, su sabor era maravilloso, así, besándome en sus brazos me deposito suavemente sobre la gran roca el frio de esta hacia contraste con mi piel caliente, con ganas de más, el  otro hermano trajo mi copa y me dio de beber mientras el otro acariciaba mi cuerpo como si me hiciera masajes, esas manos, grandes y cálidas escarbaban mi piel y mi sexo palpitaba en cada caricia, luego de beber dejo caer un poco sobre mis labios, las gotas del vino recorrieron mi boca, para bajar por la barbilla y terminar en el centro entre mis pechos, entonces el hermano que me estaba masajeando el cuerpo, con la lengua hizo el mismo camino que la gota de vino y termino en mis boca deslizando su lengua junto a la mía, cada uno y con mucha sensualidad depositaron pedacitos de fruta sobre mí y más vino, para luego recogerlos en la boca sin tocarme apenas sentía sus respiraciones sobre mi piel.
-          Así estas perfecta- me dijo creo que Santiago- y casi lo que más me gusta es ese contraste que proyecta tu imagen... como de no saber uno que quiero contigo, si cuidar de ti para siempre, o cogerte duro una noche y olvidarte- concluyo. Sus palabras entraron de mí y tuve que ser demasiado fuerte para resistirme y no acabar con sus palabras, esa imagen que él puso en mí subió entre mis piernas haciéndome gemir de placer.
Patricio se acercó a mí y me pidió que me ponga en cuatro patas sobre la roca, sin dudarlo hice lo que me pedía, me encontraba con el sexo completamente abierto ante la mirada de esas tres personas que me hacían enloquecer de ganas
- Sos Hermosa- Me dijo uno de ellos y creo que fue el que se acercó a mi culo y le dio una palmada que me hizo gemir, acto seguido me olfateo el sexo para luego pasarle la lengua y penetrarme con los dedos, era una sensación abrumadora estaba extasiada quería que hagan conmigo lo que les de la ganas, su lengua lamia desde mi clítoris hasta mi ano, una y otra vez, yo estaba con los ojos cerrados disfrutando de esas nuevas sensaciones, su lengua seguía haciendo el mismo recorrido hasta que un momento dado se detuvo en mi ano, lamiéndolo y lubricándolo, su lengua me penetraba donde nunca nadie había estado y la sensación era embriagadora, sus dedos comenzaron hacer círculos en mi ano mientras su lengua chupaba mi sexo ya por demás mojado, comencé a sentir como uno de sus dedos entraba en mí culo y gemí, me dolía, pero al mismo tiempo me daba un infinito placer, se acercó a mi boca el otro hermano mientras se quitaba el bañador y me enseñaba su pija dura y tentadora, como pude la tome con una mano mientras con la otra me sostenía en la roca y comencé a chupársela con devoción, su sexo entraba en mi boca y yo lo humedecía con mi saliva y lo lubricaba para que entre mejor, me gustaba el sabor de su pija en mis labios, me gustaba como gemía y se entregaba a mí, su hermano mientras tanto metía más dedos en mi ano y los movía muy despacio, entraban y salían una y otra vez y en mi interior subía y bajaba la lava del volcán que era mi sexo, sabía que si seguían así iba a acabar pronto, yo seguía chupando la pija del otro hermano, no sabía quién era quien y eso me excitaba también, quería que ambos me penetraran, con un moviendo rápido el hermano que tenía su pene en mi boca se puso debajo de mí y me hinco su hombría con mucha fuerza mientras él otro seguía con 3 dedos en mi culo, el que estaba debajo de mí, comenzó a moverme hacia delante y hacia atrás, me metía toda su pija adentro y luego la sacaba muy muy despacio para meterla con fuerza otra vez, él apretaba mis pechos y se los metía en la boca, su lengua jugaba con ambos pezones a la vez mientras su hermano seguís dilatándome por detrás y cuando noto que ya estaba lista, metió su pija en mi culo, despacito, sentía como mi ano se abría a su paso mientras la pija dura de su hermano jugaba en mi vagina, sentir a ambos apretándome por dentro era una experiencia inenarrable no iba a aguantar mucho más, estaba perdida en el cielo y el infierno, ambos mundos de habían juntados y el placer y el pecado se hacían uno y mi cuerpo y mi mente estaban ciegas de placer, las sensaciones eran extremas  y así, de esa manera, dentro mío ambos explotaron y me llenaron con sus néctares y entonces ya no pude más y me deje ir, me libere por completo, gemí de placer y caí sobre  la piel caliente del hombre que tenía debajo mío.
Moira quito la cámara de su bello rostro y con sus manos comenzó a hurgar su sexo, se la veía excitada, hermosa y sexi tocándose mientras nos miraba exhaustos y abrazados uno sobre otros. Mi amiga acabo muy rápido y lo mejor de todo es que estaba todo grabado, esperando el momento de ser visto.
Nos levantamos lentamente, yo me encontraba mareada por el alcohol y el sexo, estaba satisfecha, de eso no había dudas, nos sentamos a disfrutar lo que quedaba de nuestro último día en la playa y a charlas en compañía del vino que nos quedaba. Luego nos fuimos a casa con la promesa de que en 3 meses ellos irán una temporada a casa. No sé cómo lo tomará José.
Tengo que preguntarle a Moira por que quiso filmarme, porque con los dos hermanos, hicimos muchas cosas juntas y nunca me había dicho que quería filmarme, mi amiga... Es un misterio perfecto y maravilloso, uno que me gustaría descubrir. Me enciende y sabe cómo aplacar mis deseos, sabe que me enloquece y cómo hacerlo explotar, mi demonio pelirrojo junta a su harén de ángeles negros para llevarme a mundos desconocidos donde el sexo es la llave para la pasión.

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