martes, 7 de mayo de 2013

Valeria del Mar

Hoy hace un calor infernal, Moira y sus amigos aun duerme, yo me levante temprano para tomar mates afuera y ver las vistas, es realmente hermoso, estamos en unas casitas del estilo de cabañas, estamos a unas pocas cuadras de la playa, aunque lo que tenemos en la vista es un complejo muy bien cuidado con árboles largos y flacos uno al lado del otro, eso nos da un poco de intimidad, la casa es pequeña, tiene un baño, una habitación y
una cocina comedor, para desayunar o comer esta la barra de la cocina, pero a nosotras nos justa salir y hacerlo en el patio, a la mañana sobre la mesa de afuera me encontré con media lunas recién hechas, mate amargo como lo bebo yo y 3 tazas con platitos arriba, una cafetera y leche para Moira. No tengo ni idea quién lo trajo, nadie me dijo nada.
Llegamos ayer, al bajar del micro no hubo despedidas con los chicos anónimos , apenas fue un movimiento de cabezas, ese micro fue como en las vegas, lo que pasa en el micro queda en el micro, me gusta eso, me gusta que solo sea sexo y nada más. En la terminal, nos tomamos un taxi para ir a la casa, el trayecto era corto, así que tuve poco tiempo para ver los paisajes, Moira me dijo que a la noche iban a venir a comer sus amigos y en seguida me despertó la curiosidad, no conocía a nadie del entorno de ella, la gente que conocía era porque yo los había presentado, tenía curiosidad de saber cómo eran, quienes eran, quizás me podrían contar algo de mi demonio pelirrojo porque al decir verdad no conozco nada de ella. Estaba ansiosa por que llegue la noche.
Una vez que llegamos a la casa, acomodamos nuestras ropas y nos fuimos hacer compras para cocinar esa noche, luego fuimos a pasear por el lugar y fuimos un ratito a la playa, el tiempo se pasó muy rápido y cuando nos quisimos dar cuenta teníamos que ponernos a cocinar. A mi bella amiga la cocina no se le da muy bien, en casa o cocina José o cocino yo, pero a ella es mejor mantenerla alejada de cosas tan triviales, decidí hacer pechugas de pollo rellenas con jamón y queso y una ensalada para acompañar, mientras cocinaba y bebía la copa de vino que me trajo Moira, se me vino José a la cabeza ¿dónde estará? ¿Qué estará haciendo? Lo extrañaba, mañana lo llamaré para que se venga, creo que estando los tres juntos acá la vamos a pasar muy pero muy bien.
Los amigos de Moira llegaron, eran dos chicos Fede Y Tomás ambos muy bonitos, muy cuidados y arreglados, me di cuenta enseguida que eran pareja y eso me hizo amarlos desde el primer momento, en la cena me fueron contando que se habían conocido gracias a Moira, según me contaron Tomás y Moira eran amigos con derechos, se llevaron siempre muy bien, eran confidentes y se notaba cuanto se querían. En una reunión de amigos donde el sexo estaba a flor de piel, mi amiga los fue guiando hasta que Fede y Tomás terminaron haciendo el amor desde entonces están juntos.
Las horas con ellos pasaron muy rápido, habíamos comido, habíamos bebido y teníamos ganas de salir a algún lado, ellos nos contaron que en la playa había un bar que luego de las 24 hs sacaba sillas a fuera y ponían música y la gente iba a bailar y a beber en la playa, no lo dudamos ni un instante. Al llegar nos sentamos y pedimos champagne, estábamos pasándola muy bien y eso había que festejarlo, no sé en qué momento ocurrió todo, porque todo paso demasiado rápido, recuerdo que estábamos los 4 bailando, mi amiga se movía exquisitamente mientras las luces parpadeaban envolviéndola completamente, el mar estaba calmo y de lejos se podía ver el movimiento suave del agua, el clima era perfecto y el champagne estaba haciendo efecto en mí, todo era embriagadoramente sensual, Recuerdo a Federico y a Tomás besándose frente de mí, Fede me tomo de la mano y la puso encima de su jean a la altura de su pene, ¡Dios, era enorme¡ su pija presionaba el jean contra mi mano estaba muy duro, Tomás al notar lo que sucedía en la entrepierna de su amante, puso su mano en mi espalda y con los dedos recorrió mi espina dorsal, esa sensación me hizo estirar la cabeza hacia atrás, entonces él aprovecho y me beso el cuello. –Creo que ya es la hora de irnos- Dijo mi amiga sonriendo como una niña ante su muñeca preferida.
Al llegar a la casa Moira se quitó el vestido que llevaba puesto, quedándose solo con la tanga blanca de encaje, abrió otra botella de champagne y se la metió en la boca, Tomás se me apareció detrás y me desnudo, mientras Fede sentado en el sillón liberaba su pija y comenzaba a menearla, Se notaba que Tomás tenía experiencia con mujeres, era muy suave, sabía dónde y en qué momento tocar, Moira tomo haciendo junto a Fede y ambos nos observaban, Tomás seguía detrás de mí, sentía su sexo duro contra mis muslos y sus manos acariciando mis pezones, mi cabeza reposaba sobre su hombro derecho mientras él besaba mi cuello, estaba excitada, sentía el calor que desprendía mi entrepierna, las manos de Tomás comenzaron a bajar hacia mi sexo, cada movimiento me hacía estremecer, sus dedos se posaron en mii clítoris, lo presionaba y lo soltaba para luego acariciarlo, me estaba volviendo loca, luego de un rato me dio la vuelta y me abrazo, yo necesitaba más. Moira vino a nuestro lado, me saco con cuidado de los brazos de Tomás y me llevo a donde estaba Fede – Él nunca estuvo con una mujer- Me dijo al oído- Pero quiere hacerlo- concluyo. Me senté arriba de Federico, su pija entro llenándome toda, comencé a moverme muy muy despacito, Tomás se acercó y beso a su amante, verlos besarse era maravilloso, lo hacían con mucha delicadeza con mucho amor, me levante y los deje disfrutarse entre ellos, Moira sonrió y me pidió que me siente en el piso junto a ella, me paso la botella de champagne y bebí un trago largo, estaba sabrosísimo. Jamás había visto a dos hombres juntos, siempre pensé que eran bruscos y oscos, pero nada muy lejos de la realidad. Sus manos recorrían sus cuerpos esculturales, sus sexos a flor de él, se lamian, se disfrutaban, eran perfectos, eran como el Dios Adonis.
Federico y Tomás se desnudaron completamente y se acostaron sobre el suelo frio, Tomás tomo el pene de Fede y comenzó a masturbar a su hombre, podía ver el placer y el deseo que se tenían, Fede se puso en 4 mientras su amante se ponía detrás de él, Tomás besaba cada parte de su cuerpo, lo apretujaba y lo mordía, con su lengua lamia el ano de Fede y en poco segundos lo penetro, estaban haciendo el amor como nunca lo había visto antes, eran tan perfectos. Los ojos de Fede se posaron en los míos, sentía como me llamaba en silencio, entonces me acerque, me senté en el sillón que ellos habían dejado libre y comencé a masturbarme ante la mirada llena de deseo de Federico, Moira hacia lo mismo desde el otro rincón, la vista que no podía ser más perfecta, frente a mí tenía a dos hombres amándose entre ellos y justo detrás veía a mi amiga dándose placer, atenta a la vista que teníamos en común, Fede se acercó a mi sexo y entro dentro de mí con la lengua, sin darme cuenta comencé a mover las caderas al compás de él, sabía que iba a acabar pronto, estaba demasiado excitada como para seguir aguantando. En el ambiente todo era placer, solo se podían oír nuestras respiraciones, nuestros gemidos, era todo extremadamente perfecto.
Tomás termino en el mismo momento que Moira, ambos llenaron la casa con sus orgasmos, en cambio Fede seguía lamiendo mi interior, con mis manos levante su cabeza para que me mire y cuando lo hizo entendí que quería estar dentro de mí, entonces volví a sentarme sobre su pija, sus manos apretaron mis tetas y las mordisqueaba con absoluta desesperación, su lengua en mis pezones me hacía moverme más de prisa, sabía que pronto íbamos a acabar, estábamos absorbiendo cada segundo del deseo, Fede apretaba mi cuerpo junto al suyo, penetrándome fuerte y hasta el fondo, la sensación que tenía era abrumadora pero no podía detenerme… Grite en un orgasmo fuerte, dejándome ir en él y él siguió moviéndose en mi interior unos segundos más, hasta que gritando el nombre de su amor termino.
-Buenos Días- Me dijeron mis amantes y se sentaron en la mesa junto a mí para desayunar observando las vistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario