lunes, 24 de junio de 2013

A una semana.

Las cosas entre José y Moira están raras aunque delante mío disimulen, ninguno de los dos me habla al respecto, me siento como si fuera una niña con padres que se están por divorciar, hoy intentaré sonsacarle información a José.

Esta noche me voy a pasar con él, Moira me dijo que tenía cosas que hacer y que no podía venir, me dijo que era una sorpresa y que me quede tranquila, que ella mañana nos iba a estar esperando en casa, esto me suena raro, algo pasó entre ellos y necesito saberlo.
-          ¿Qué te vas a poner esta noche? –Me pregunto mi amiga- porque tengo algo para vos, me agarro de la mano y me llevo al guardarropas, mi amiga tiene un guardarropas increíble, lleno de vestidos sexis y elegantes a la vez, y muchísimos zapatos, de esos que me vuelven loca, de debajo de una de las barras saco una caja negra envuelta con un lazo rojo y me lo entrego. –Esto es para vos, tómalo como un adelanto de cumpleaños- abrí la caja y adentro había un vestido largo hasta las rodillas de color champagne con escote que realza el busto, en la cintura tiene unas cintas del mismo color pero un poco más oscuro que hacen a la vez de cinturón, es realmente hermoso, elegante y sensual, le di las gracias a mi amiga y le di un beso dulce en los labios.
-          Vamos a comprar unos lindos zapatos haciendo juego y un conjunto de ropa interior muy sexi, para que uses esta noche con José, ¿te parece?- Me dijo mi amiga, así que nos preparamos y nos fuimos.
Eran las 11 am cuando salimos de casa, eso significaba que íbamos a pasar el día haciendo compras, a mi amiga le encanta hacer esto, entra a todos los negocios y compra algo en todos. Moira no trabaja, nunca le pregunte de donde sacaba el dinero, pero bueno, desde que la conozco aprendí a no preguntar nada, si quisiera que lo sepa me lo contaría.
Entramos a una tienda de lencería, ella cogió unos conjuntos y entro conmigo al probador
– Esto suena tentador- me dijo Moira mientras me ayudaba a quitarme la remera, increíblemente ese comentario me hizo sentís un cosquilleo entre las piernas, ella sonrió como hace siempre que se da cuenta lo que provoca en mí, su aliento rozo mi cuello y me hizo emitir un pequeño gemido, entonces ella volvió a hacerlo mientras sujetaba mis manos contra la  minúscula pared, me encontraba sin remera con mis pechos ansiosos por liberarse para sentir su piel por arriba de su camisa, pero sus manos y sus besos me tenían prisionera, nunca había estado con alguien en un probador, la verdad es que me daba curiosidad y miedo a ser descubierta, pero no me importaba, necesitaba sentir su lengua por cada rincón de mi piel. Los labios de Moira me daba besos chiquititos por el cuello, soltó unas de mis manos para levantarme la pollera de jean y tocar con sus dedos mis clítoris, eso me hizo estremecer – Estas mojada- me dijo, mientras su lengua recorrió mis labios y se introduzco en mi boca, nuestro beso era salvaje y delicado a la vez, su boca era un néctar delicioso que me llenaba de ganas, sus dedos hicieron a un lado mi tanga y metió dos dedos dentro, los movía en mi interior, los sacaba y los metía haciendo medios círculos, mis muslos se movían al contacto y se oprimía a su cuerpo, con mi mano libre comencé a hacer lo mismo con ella, sin dejar de besarnos, con una deliciosa desesperación, Moira, dejo libre la mano que me quedaba y le desabroche la camisa, libere sus pechos y los míos y nuestros pezones se estremecieron al contacto entre ellos, tome su cabello rojo y la atraje sobre mí, para seguir lamiendo su boca, nuestros dedos volvieron a jugar en nuestro mar espumoso desesperados y ávidos, me aleje un poco de ella para ver sus pechos rosados y me metí uno en la boca, absorbiéndolo con los labios abiertos, chupando su pezón dulce y delicado, ella tiro la cabeza para atrás y gimió bajito, hice lo mismo con el otro y roce con los labios la punta erecta de su pecho y ella llego al orgasmo silencioso pero lleno de pasión, Una vez que mi amiga acabo en mis dedos, se arrodillo a mi carnosa desnudez y su lengua me hico vibrar mientras sus ojos se clavaban en los míos, sentía su lengua y sus labios absorbiéndome entera y no puede aguantar más, hice todo lo posible para no gritar, pero fue en vano, mi orgasmo llego fuerte y delicioso, me arrodille a la altura de mi amiga y la bese en los labios en el mismo instante que la vendedora golpeaba la puerta.  Moira abrió la puerta mientras yo me probaba la lencería y la vendedora nos preguntó si necesitábamos ayuda, en sus ojos había una chispa de picardía y amiga le sonrió y le dijo que su hubiese llegado 5 minutos antes nos podría haber ayudado, pero que ya no hacía falta y que nos llevábamos todo lo q habíamos cogido, me reí mucho con el doble sentido de mi demonio pelirrojo.
Luego de ir a la tienda de zapatos y de cómprame unas sandalias que combinaban con el vestido que me regalo Moira fuimos a almorzar a un restaurante  sencillo y chiquito que estaba ubicado en una esquina, pedimos el plato de la casa, pollo sazonado con finas hiervas y un vino blanco para acompañar, el vino era Viña Tondonia Blanco Reserva 1997 un vino riojano con aromas frutales y florales, suave y fino en boca, un vino exquisito para comer con el plato que habíamos elegido.
Me encanta pasar esos días así, haciendo compras, teniendo sexo en lugares insólitos y hablando con mi mejor amiga, en estos momentos me olvido del miedo que nuestra extraña relación se desmorone, me dolería muchísimo perder a alguno de ellos dos y ni hablar si pierdo a los dos y mi vida vuelve a ser aburrida y rutinaria. No, no quiero pensar en eso, todo va a estar bien.
-          Se hace tarde y me tengo que ir- me dijo Moira- Además José te pasa a buscar en un par de horas por casa. Concluyo.  Una vez en casa Moira se ducho se puso una pollera de tubo blanca, una camisa azul y unos zapatos haciendo juego, me dio un cálido beso y se fue, en unas horas venía a buscarme mi gran amigo y quería estar lista para nuestra noche especial. Me duche, me maquille un poco y me puse el vestido que me regalo mi amiga, luego las sandalias y me mire al espejo, me veía radiante y satisfecha conmigo misma, me sentía sexi y deseada, cuando salgo del baño José me estaba esperando en el sillón, me hizo pegar un susto de muerte, pero él ni lo noto, sé quedo mirándome en silencio, nos quedamos así unos segundos, mirándonos, él estaba tan hermoso como siempre, llevaba una camisa gris entallada, con unos pantalones negros y una chaqueta del mismo color y zapatos negros, el cabello con gel y esos lentes que me hacen perder la razón.
-          Estas hermosa- Me dijo mientras se acercaba a mí, una vez a mi lado me abrazo muy fuerte y me beso en los labios- ¿Estas preparada para una noche romántica?-
-          Siempre- Respondí y lo bese mientras mis ojos se llenaban de lágrimas, el miedo de perderlo y la incertidumbre estaban haciendo efecto en mí.



Continuara. 

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