Las cosas entre José y Moira están raras aunque delante mío
disimulen, ninguno de los dos me habla al respecto, me siento como si fuera una
niña con padres que se están por divorciar, hoy intentaré sonsacarle
información a José.
Esta noche me voy a pasar con él, Moira me dijo que tenía
cosas que hacer y que no podía venir, me dijo que era una sorpresa y que me
quede tranquila, que ella mañana nos iba a estar esperando en casa, esto me
suena raro, algo pasó entre ellos y necesito saberlo.
-
¿Qué te vas a poner esta noche? –Me pregunto mi
amiga- porque tengo algo para vos, me agarro de la mano y me llevo al
guardarropas, mi amiga tiene un guardarropas increíble, lleno de vestidos sexis
y elegantes a la vez, y muchísimos zapatos, de esos que me vuelven loca, de
debajo de una de las barras saco una caja negra envuelta con un lazo rojo y me
lo entrego. –Esto es para vos, tómalo como un adelanto de cumpleaños- abrí la
caja y adentro había un vestido largo hasta las rodillas de color champagne con
escote que realza el busto, en la cintura tiene unas cintas del mismo color
pero un poco más oscuro que hacen a la vez de cinturón, es realmente hermoso,
elegante y sensual, le di las gracias a mi amiga y le di un beso dulce en los
labios.
-
Vamos a comprar unos lindos zapatos haciendo
juego y un conjunto de ropa interior muy sexi, para que uses esta noche con
José, ¿te parece?- Me dijo mi amiga, así que nos preparamos y nos fuimos.
Eran las 11 am cuando salimos de casa, eso significaba que
íbamos a pasar el día haciendo compras, a mi amiga le encanta hacer esto, entra
a todos los negocios y compra algo en todos. Moira no trabaja, nunca le
pregunte de donde sacaba el dinero, pero bueno, desde que la conozco aprendí a
no preguntar nada, si quisiera que lo sepa me lo contaría.
Entramos a una tienda de lencería, ella cogió unos conjuntos
y entro conmigo al probador
– Esto suena tentador- me dijo Moira mientras me ayudaba a
quitarme la remera, increíblemente ese comentario me hizo sentís un cosquilleo
entre las piernas, ella sonrió como hace siempre que se da cuenta lo que
provoca en mí, su aliento rozo mi cuello y me hizo emitir un pequeño gemido,
entonces ella volvió a hacerlo mientras sujetaba mis manos contra la minúscula pared, me encontraba sin remera con
mis pechos ansiosos por liberarse para sentir su piel por arriba de su camisa,
pero sus manos y sus besos me tenían prisionera, nunca había estado con alguien
en un probador, la verdad es que me daba curiosidad y miedo a ser descubierta,
pero no me importaba, necesitaba sentir su lengua por cada rincón de mi piel.
Los labios de Moira me daba besos chiquititos por el cuello, soltó unas de mis
manos para levantarme la pollera de jean y tocar con sus dedos mis clítoris,
eso me hizo estremecer – Estas mojada- me dijo, mientras su lengua recorrió mis
labios y se introduzco en mi boca, nuestro beso era salvaje y delicado a la
vez, su boca era un néctar delicioso que me llenaba de ganas, sus dedos
hicieron a un lado mi tanga y metió dos dedos dentro, los movía en mi interior,
los sacaba y los metía haciendo medios círculos, mis muslos se movían al
contacto y se oprimía a su cuerpo, con mi mano libre comencé a hacer lo mismo
con ella, sin dejar de besarnos, con una deliciosa desesperación, Moira, dejo
libre la mano que me quedaba y le desabroche la camisa, libere sus pechos y los
míos y nuestros pezones se estremecieron al contacto entre ellos, tome su
cabello rojo y la atraje sobre mí, para seguir lamiendo su boca, nuestros dedos
volvieron a jugar en nuestro mar espumoso desesperados y ávidos, me aleje un
poco de ella para ver sus pechos rosados y me metí uno en la boca,
absorbiéndolo con los labios abiertos, chupando su pezón dulce y delicado, ella
tiro la cabeza para atrás y gimió bajito, hice lo mismo con el otro y roce con
los labios la punta erecta de su pecho y ella llego al orgasmo silencioso pero
lleno de pasión, Una vez que mi amiga acabo en mis dedos, se arrodillo a mi
carnosa desnudez y su lengua me hico vibrar mientras sus ojos se clavaban en
los míos, sentía su lengua y sus labios absorbiéndome entera y no puede
aguantar más, hice todo lo posible para no gritar, pero fue en vano, mi orgasmo
llego fuerte y delicioso, me arrodille a la altura de mi amiga y la bese en los
labios en el mismo instante que la vendedora golpeaba la puerta. Moira abrió la puerta mientras yo me probaba
la lencería y la vendedora nos preguntó si necesitábamos ayuda, en sus ojos
había una chispa de picardía y amiga le sonrió y le dijo que su hubiese llegado
5 minutos antes nos podría haber ayudado, pero que ya no hacía falta y que nos
llevábamos todo lo q habíamos cogido, me reí mucho con el doble sentido de mi
demonio pelirrojo.
Luego de ir a la tienda de zapatos y de cómprame unas
sandalias que combinaban con el vestido que me regalo Moira fuimos a almorzar a
un restaurante sencillo y chiquito que
estaba ubicado en una esquina, pedimos el plato de la casa, pollo sazonado con
finas hiervas y un vino blanco para acompañar, el vino era Viña Tondonia Blanco
Reserva 1997 un vino riojano con aromas frutales y florales, suave y fino en
boca, un vino exquisito para comer con el plato que habíamos elegido.
Me encanta pasar esos días así, haciendo compras, teniendo
sexo en lugares insólitos y hablando con mi mejor amiga, en estos momentos me
olvido del miedo que nuestra extraña relación se desmorone, me dolería
muchísimo perder a alguno de ellos dos y ni hablar si pierdo a los dos y mi
vida vuelve a ser aburrida y rutinaria. No, no quiero pensar en eso, todo va a
estar bien.
-
Se hace tarde y me tengo que ir- me dijo Moira-
Además José te pasa a buscar en un par de horas por casa. Concluyo. Una vez en casa Moira se ducho se puso una
pollera de tubo blanca, una camisa azul y unos zapatos haciendo juego, me dio
un cálido beso y se fue, en unas horas venía a buscarme mi gran amigo y quería
estar lista para nuestra noche especial. Me duche, me maquille un poco y me
puse el vestido que me regalo mi amiga, luego las sandalias y me mire al
espejo, me veía radiante y satisfecha conmigo misma, me sentía sexi y deseada,
cuando salgo del baño José me estaba esperando en el sillón, me hizo pegar un
susto de muerte, pero él ni lo noto, sé quedo mirándome en silencio, nos
quedamos así unos segundos, mirándonos, él estaba tan hermoso como siempre, llevaba
una camisa gris entallada, con unos pantalones negros y una chaqueta del mismo
color y zapatos negros, el cabello con gel y esos lentes que me hacen perder la
razón.
-
Estas hermosa- Me dijo mientras se acercaba a
mí, una vez a mi lado me abrazo muy fuerte y me beso en los labios- ¿Estas
preparada para una noche romántica?-
-
Siempre- Respondí y lo bese mientras mis ojos se
llenaban de lágrimas, el miedo de perderlo y la incertidumbre estaban haciendo
efecto en mí.
Continuara.
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